Ricardo Petracca es una vecino de Pilar que tiene algo que muchos envidian: una genial foto junto a Freddie Mercury, líder de Queen. Y no solo "junto" a Freddie, dino debajo de Freddie, ya que para la captura el cantante se subió a sus hombros y así fueron retratados para la posteridad.
Ricardo tiene 67 años pero todavía recuerda con nitidez cómo fueron los días que pasó junto a Queen en Buenos Aires, a sus 29. Su tío, que era presidente de Vélez Sarsfield, le dio el acceso cuando la banda británica vino de gira al país y tocó en el estadio de Vélez, entre otros.
"Yo no quería una foto normal, así que se subió a mis hombros y el fotógrafo de la banda capturó el momento", dice sobre la imagen, y cuenta que Mercury acostumbraba a cantar el tema "We Will Rock You" subido "a caballito" de un custodio disfrazado de un personaje de ciencia ficción y de ahí tomó la idea para la foto.
"Para ser sincero, nunca fui un fiel seguidor de 'Queen'. No los conocía tanto, yo prefería escuchar más a los Rolling Stones y hasta incluso música latina", contó ahora a Clarín. "Un día me ofrecieron comprarme la foto, pero no quise. Es algo que guardo para mí, y trascendió de un día para otro".
Si bien la foto es una sola y de un momento, Petracca pasó con los integrantes de Queen unos 20 días mientras estuvieron en el país y hasta tuvo que buscarlos al Aeropuerto de Ezeiza: "Eran muchas personas dispuestas a cualquier cosa por acercarse a sus ídolos. Con la custodia tuvimos que inventar una suerte de cerco para resguardar a Freddie y hacerlo ingresar al hotel", recuerda.
"Los shows en Vélez los viví al costado del escenario. Durante el recital, Freddie se transformaba y se dejaba llevar por la adrenalina", rememora. Las 40 mil personas que colmaban el estadio vibraban al ritmo del rock y recuerda que era tan potente "el golpe del sonido de los parlantes que corría a la gente de su lugar".
Petracca admite que la película sobre la vida de Freddie estrenada recientemente "Bohemian Rhapsody" reavivó su memoria: "Me hizo recordar mucho cómo era. En una parte explican que él no podía operarse sus dientes de conejo porque quizá perder sus agudos, y eso me lo había contado en persona, no me enteré a través de la película".
"Lo recuerdo como un tipazo, pasábamos horas hablando de la vida. En ese momento mi familia tenía la empresa más grande de vidrios de la Argentina. En el asado que compartimos, él vio uno de nuestros vitraux y nos encargó uno por carta para su casa en Londres", cuenta, pero admite que tiene muchas dudas de que la pieza haya llegado a destino.
"Viví momentos muy lindos. Si estuviera vivo, me encantaría reencontrarme con él. Era un personaje muy especial", cierra.