Este lunes, Juan Carlos Varela empezará a ser juzgado por el crimen de Camila Borda, la nena de 11 años violada y asesinada en Junín en febrero de este año. El casero de 40 años está acusado de "homicidio criminis causa agravado por ensañamiento y alevosía".
La estrategia de la defesa para evitar una condena a prisión perpetua será demostrar que el acusado sufrió un cuadro de "amnesia" en el momento del homicidio. "En su indagatoria reconoció que vio a la víctima en el lugar del hecho pero que él no recuerda qué fue lo que sucedió después", dijo a Télam una fuente judicial.
Sin embargo, en su primera declaración, el imputado tuvo varias contradicciones que para los especialistas dejaron en evidencia que "sabía lo que hacía: matar a la nena para que no hable". Es por eso que será clave el testimonio de los peritos psicológicos y psiquiátricos que evaluaron al acusado.
Camila desapareció el 25 de febrero de este año cuando salió de su casa en bicicleta para ir a comprar golosinas al kiosco de la esquina e su casa. Horas después, la policía y un grupo de vecinos encontraron su cuerpo en la bañera de una casaquinta ubicada a pocos metros, en la que Varela trabajaba como cuidador.
La autopsia reveló que sufrió "un paro cardiocirculatorio traumático secundario a asfixia mecánica tras estrangulación por lazo", y además determinó que presentaba "lesiones compatibles con un abuso sexual".