A poco más de dos años de su muerte, la figura del poeta, escritor y artista del tango, Horacio Ferrer, se mantenía viva a metros de la puerta de entrada de la Academia Nacional de Tango, en Avenida de Mayo al 800.
Pero en las últimas horas, el monumento inaugurado el 2 junio de 2015, coincidente con su fecha de cumpleaños, sufrió un ataque vandálico y quedó reducido a escombros.
El episodio se registró a metros del Café Tortoni, donde se erigía la escultura de la que solo quedó entera la base, con los pies y la plaqueta recordatoria.