Investigan si la embarazada murió durante un juego sexual con una botella

La víctima murió desangrada en un hotel alojamiento de Florencio Varela. Hay un detenido que fue entregado por su propio padre.

Hotel susurros
Hotel susurros

Una botella de cerveza que no aparece podría ser clave en la investigación por la muerte de Carolina Medina, la embarazada que murió este fin de semana en la habitación número 10 de un hotel alojamiento de Florencio Varela.

De acuerdo con los datos surgidos de la causa, Ariel García, único detenido por el hecho y la mujer habrían pedido una botella de cerveza a la conserjería apenas ingresaron al lugar. Se cree que en medio de un juego sexual ese habría sido el objeto que provocó que la mujer de 25 años, embarazada de siete meses, muriera como consecuencia de una hemorragia aguda en la zona genital.

Habitación del Hotel susurros en la que Carolina Medina fue encontrada sin vida.
Habitación del Hotel susurros en la que Carolina Medina fue encontrada sin vida.

Las imágenes de las cámaras de seguridad del hotel fueron claves para lograr la detención del acusado, un mecánico de 37 años que escapó a toda velocidad del lugar del hecho pero fue entregado horas más tarde por su propio padre.

Los resultados de los estudios forenses podrían confirmar o descartar esta teoría. Primero hay que determinar si había vidrios en el interior del cuerpo de la embarazada.

Carolina había sido vista por última vez el pasado sábado. La familia conoció lo sucedido recién este lunes cuando Alfredo, su pareja, se acercó a la comisaría 3ra. de Florencio Varela para hacer la denuncia de averiguación de paradero. Allí fue trasladado a la morgue judicial y pudo confirmar que la mujer que murió de una hemorragia en el albergue transitorio "Susurros" era la madre de su bebé.

"Fue un doble homicidio", sentenció Lilen, la prima de la víctima, en diálogo con "Telefé Noticias". Y agregó: "Mi prima estaba tranquila, muy ilusionada con la llegada de su bebé. Vivía en pareja".

Este martes, García será indagado por la fiscal del caso, Gisela Olszaniecki, acusado del delito de homicidio.

El homicidio se descubrió el sábado a la tarde cuando, ante la fuga del asesino, los empleados del hotel, ubicado en la calle Humaitá 21 al 2100, llamaron a la policía.

Según contaron, fueron hasta la habitación que le habían destinado tres horas antes y encontraron muerta a la mujer, desnuda, con un embarazo avanzado, boca arriba y en medio de un charco de sangre que se extendía por debajo de su cuerpo, entre la cintura y los muslos.