Por Karina Niebla
Donde alguna vez hubo casas tomadas y, antes, un proyecto de autopista que quedó inconcluso, hoy se levanta un corredor con edificios de viviendas y espacios verdes, que este año estrenó plaza y sumará departamentos.
Es el denominado barrio Parque Donado-Holmberg o, como algunos gustan llamar, Do- Ho, que se extiende a lo largo de esas calles, desde la avenida Congreso hasta Los Incas.
Aunque no es un barrio oficial (en realidad abarca sectores de Villa Urquiza y Ortúzar), se lo bautizó así por cierta uniformidad que exhibe y que le da una identidad propia: los nuevos complejos de viviendas tienen en general tres o cuatro pisos, veredas anchas y verde alrededor.
Se extienden a lo largo del sector 5 de la ex traza de la autopista 3, una vía rápida proyectada durante la última dictadura cívico-militar que nunca llegó a materializarse.
Y aquí, en todos los casos, las veredas amplias son protagonistas, especialmente si los restaurantes se ubican en las plantas bajas de los complejos de edificios, rodeados de abundante verde.
Una de las primeras propuestas fue la de El Bohemio, que abrió sus puertas hace tres años en la esquina de La Pampa y Donado, cuando el corredor aún estaba en proyecto.
“Somos del barrio y vemos que la zona está en auge. Ya comienzan a llegar más marcas y propuestas, y eso nos enriquece”, comenta Carla Porto, una de las dueñas del lugar.
Ofrecen desayunos, almuerzos, meriendas y cenas, en una casa reciclada de comienzos del siglo XX en la que la madera es protagonista.
En julio del año pasado fue el turno de Café Urbano, ubicado en la planta baja del edificio de Donado 1901 (esquina Sucre). Su estética es tan moderna y despojada como el complejo que lo contiene. Está pensado para disfrutar de un café y pastelería artesanal adentro del local o en su soleada vereda, por la mañana o por la tarde. También hay menús ejecutivos y variedad de sándwiches, ensaladas y tartas. “Los vecinos están muy contentos de cómo cambió la zona, todo lo que aportó la apertura de los locales”, cuenta su gerente, Carina Derossi, que vive a diez cuadras del local.
En marzo de este año desembarcó Ache Delugo, también en Donado y Sucre, en diagonal a Café Urbano.
Este restaurante y rotisería renueva su carta en cada estación e incluye platos de carnes como bondiola en salsa de cerveza negra y ribs con salsa Jack Daniel’s, además de opciones vegetarianas. Por la tarde, además, hay tablas que se acompañan con aperitivos y cervezas artesanales tiradas. “Cuando empezamos la obra, en mayo del año pasado, la zona aún estaba en construcción y todos los edificios estaban tapiados.
Pero siempre supimos que iba a ser un espacio con mucho potencial”, resalta Laura Tocalini, dueña del local junto a su marido Esteban Orsi. A ambos les gustó “el mix de gente de barrio de muchos años y las nuevas familias que llegan”.
Ninina abrió un mes después en la planta baja del nuevo edificio de Holmberg 2464, a pocos metros de la avenida Monroe. “Después de ver lugares en otras zonas de la Ciudad, nos decidimos por este porque era exactamente lo que estábamos buscando: un espacio amplio, con techos bien altos, buena luz natural, veredas anchas. Y un barrio tranquilo alejado del ruido”, destaca Emmanuel Paglayan, socio fundador y uno de los propietarios de Ninina.
Ofrecen todas las comidas del día, elaboradas con huevos y pollos de campo, y hojas verdes, azúcar y dulce de leche orgánicos. Además, el café que sirven es tostado en el mismísimo local.
Uno de los últimos en desembarcar fue la cervecería Gallo Negro, que en junio se instaló en la planta baja de uno de los nuevos edificios, en Donado entre Sucre y La Pampa. “Lo que me gustó de la zona es que es nueva y todos los emprendimientos inmobiliarios tienen un espacio verde”, explica Martín Gallino, el gerente de este local, que además de cervezas artesanales ofrece tapas y cócteles. A esa cuadra se sumó Le Blé en septiembre y una sucursal de la heladería Freddo en octubre, y en breve abrirán una pizzería, una hamburguesería y un local de sushi.
Un barrio que se levanta sobre el trazado de la ex autopista 3
En esta zona se construyen desde 2014 complejos de viviendas públicos y privados. Los primeros fueron pensados para las familias que viven en una zona de la Ciudad que supo estar relegada durante décadas. Los últimos, edificados previa subasta de las tierras, apuntan a personas de nivel socioeconómico medio o alto, en general familias y parejas jóvenes, con pocos chicos (ver recuadro aparte).
El Gobierno porteño ya comenzó a construir el cuarto complejo de departamentos, que serán otorgados a ex ocupantes de la traza y a otros vecinos a través del Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC). Serán 30 viviendas de tres y cuatro ambientes, y algunos locales comerciales de venta minorista en planta baja. La nueva obra queda en Monroe 4243/75 y se prevé que esté finalizada para mediados del año que viene. Dará a la Plaza Monroe, que cuenta con esculturas del arquitecto Clorindo Testa y se ubica al lado de la sede de la Comuna 12, inaugurada en mayo. Los que ya están finalizados y habitados son los de Virrey del Pino entre Holmberg y Donado (con 45 departamentos), Le Bretón y Holmberg (32), y Mendoza y Holmberg (29).
Allí, los vecinos han hecho reclamos tanto por las fallas en la construcción como por problemas en los servicios básicos. Por un lado, hay ascensores que no funcionan. “Uno no anduvo nunca, el otro sí pero a media máquina: vienen los técnicos todas las semanas a arreglarlo. En el primer piso vive una mujer discapacitada, a la que tienen que bajar en andas”, cuenta Daniel Silvera, que vive hace cuatro años con su mujer y tres hijos en el complejo de Virrey del Pino. Desde la Subsecretaría de Planeamiento porteña indicaron que están abocados al proceso administrativo de contratación del personal destinado a ese arreglo. En ese edificio, además, los departamentos quedaron chicos (eran de un ambiente, pero se destinaron a familias, muchas numerosas), por lo que hubo que unir dos para hacer uno. Por el otro lado, vecinos denuncian que se filtra agua por los techos cada vez que llueve, sobre todo en los pisos más altos. “El complejo de Virrey del Pino tiene mucho vicio de obra, hay mucha humedad”, explica José Acuña, delegado de una cooperativa autogestionaria de la ex autopista.
En ese sentido, el Gobierno porteño informó que ya comenzó con los trabajos de reparación. También precisó que otros problemas relacionados, como el mal funcionamiento del portero eléctrico y la filtración en un baño de uno de los departamentos, ya fueron derivados a la Dirección General de Proyectos Urbanos y Arquitectura para que sean atendidos en breve.
A su vez, están los inconvenientes en los servicios, como los problemas en las bombas de agua. Con todo, desde Planeamiento informaron que las bombas ya fueron reemplazadas en los últimos días.
Lujo y confort entre espacios verdes y recursos sustentables
Los emprendimientos privados en esta zona cuentan con amenities como pileta en terraza, SUM, gimnasio completo, laundry y estacionamiento. En algunos, hay tomas USB para cargar celulares y tablets, y sistemas para conectar la TV Led en la pared sin cables visibles. Unos pocos tienen además microcine y hasta sala de ensayo. En algunos en obra incluso se promete prestar atención a la sustentabilidad: hay jardines en terrazas y paredes, huertas en los balcones y bicicleteros en cada uno de los pisos. Además, el agua de la lluvia y de los aires acondicionados es reutilizada para regar los espacios verdes comunes. Hoy hay distintos complejos en construcción en varios puntos del corredor: en Holmberg en sus intersecciones con Echeverría, Juramento, Olazábal y Congreso; en Donado en su cruce con Virrey del Pino; en La Pampa entre Donado y Acha; y en Mendoza entre Donado y Holmberg, entre otros. Uno de los más grandes se está levantando sobre Congreso, tendrá ocho pisos y dará al Parque Lineal que se extiende hasta la General Paz.