El Tribunal Oral Federal Ocho (TOF 8) condenó con penas de hasta siete años de prisión a cuatro hombres quienes, entre diciembre de 2006 y fines de 2008, estafaron a más de 300 personas a las que convencían de sacar créditos inmobiliarios, confirmaron este viernes fuentes judiciales.
A lo largo de la investigación se determinó que utilizando la fachada de la inmobiliaria "Alfa y Asociados" los cuatro condenados ganaron unos 2.870.500 pesos y 23.800 dólares.
La mayor condena de siete años recayó sobre Juan Martín Scordamaglia, en tanto que Guillermo Pablo Trigas Vila recibió cuatro años de prisión; Iván Alejandro Malfatti tres años y seis meses y Gustavo Daniel Cañete tres años en suspenso ya que la justicia lo encontró partícipe sólo de algunas estafas.
La maniobra consistía en publicar avisos ofreciendo inmuebles, muchos de ellos en el conurbano bonaerense, cuyos dueños tenían la intención de vender.
Los interesados concurrían a una oficina ubicada en la calle Uruguay al 200, en la zona de Tribunales de esta capital, donde quienes decían ser representantes de la firma Estudio Jurídico Alfa y Asociados les exigían una suma de dinero (que oscilaba los 10.000 pesos) para gestionar créditos hipotecarios y facilitar la operación. Además, les pedían que firmen un "mandato de gestión de crédito" por el cual autorizaban a Alfa a realizar los trámites correspondientes para el crédito.
Los estafadores prometían la escritura de los inmuebles a la brevedad, pero las operaciones no se concretaban ni tampoco se devolvía el dinero, contó otro damnificado quien expuso que tuvo que vender su casa para hacer frente a las deudas que le ocasionó la frustrada compra.
"Los créditos nunca salían", contaron durante el juicio los damnificados quienes precisaron que ante sus preguntas desde la inmobiliaria les manifestaban que "había que esperar" o que "falta el informe ambiental".
La primera persona en declarar en el juicio fue una jubilada de 73 años quien contó que se acercó a la inmobiliaria por un aviso en "Segundamano", en julio de 2008.
La mujer estaba interesada en unas casas que se vendían a precios accesibles y que incluían la gestión de un crédito. La señora contó que fue atendida por tres de los imputados, a los que reconoció en las audiencias, y a los que les entregó 10 mil pesos para poder acceder al préstamo. Al cabo de un tiempo, volvieron a pedirle otros tres mil pesos más, pero la mujer acabó perdiendo todos sus ahorros. "Me dolió ese dinero, me quedé en la calle", dijo.