Se acerca la primavera, y con ella los sanguches de milanesa, los mismos vienen pegados a una bolsita medio grasienta, que tiene dos huevos duros y un sobre de mayonesa. Puede adosársele alguna rosa de tallo corto, del tipo “red sun”. Las manzanas no entran, pero sí un cartón de vino, y en vinagre, un pepino (puede llevarse dos, para convidar).
Personalmente pasaré la primavera con antibióticos; mirándolo positivamente pienso: “que suerte que esto no me agarró en una estación espacial”. Trato de verle todo lo positivo. Hay una teoría del desdoblamiento del tiempo muy interesante, de un señor francés que ser llama Garnier, y también hay una tintura para el pelo con el mismo nombre (que no tiene nada que ver con él).
Bueno, nomás quería informarte que hay una teoría del desdoblamiento del tiempo.
Mi gran placer es fastidiar, lo descubrí hace relativamente poco, es hacer mover también la energía de la gente produciendo algo, pero es gratis. Es como un gusto que uno se da, es como jugar al golf, y llueve. Pero va a pasar, va a parar.
En mi programa de radio hablé de cualquier cosa menos de realidad, es muy fea la sensación de obligación, de tener que meter un dedo en un enchufe, que ya todos meten, como haciendo minería periodística (si se le puede decir así).
Es cierto que la brecha no se puede controlar, y no debemos permitir que nuestros hijos vivan en la brecha, ya que los únicos absolutamente inocentes de nuestra s imbecilidades son nuestros hijos. Se empieza la “no brecha” con los niños, no se los incluye, ni se los inculca, ni se los confunde.
Ya no voy a expedirme sobre lo que me da pena, porque todos vemos dónde está el error, y no es más que enfermedad. Pura enfermedad mental, que contagia, corroe, y destruye todo, como un pequeño cáncer imparable.
Querido subtenauta, averiguá sobre la teoría del desdoblamiento del tiempo, mirá dónde nos llevan los pensamientos negativos, que pueden producirte lo peor.
La voluntad es lo único que nos va a hacer cambiar, ni denuncias, ni contradenuncias, ni lechones pampa haciendo proselitismo en las escuelas. Están yendo demasiado lejos pero no quiero ver, y no lo veré, se acabó.
Me voy a ver el partido, cosa rara en mí.
Besos
Casero