Por Karina Niebla
kniebla@larazon.com.ar
Construir pueblos sobre un tablero, colocar venecitas en el siglo VIII o descifrar mensajes en plena Segunda Guerra Mundial. Los juegos de mesa son cada vez más diversos en temas. Y también en lugares para despuntar el vicio en la Ciudad: un comedor universitario, un café, un centro cultural o una casona en un barrio tranquilo pueden ser sedes de acaloradas partidas. De tarde, de noche o de madrugada.
"¿A qué tenés ganas de jugar?". "¿A algo liviano o más estratégico?". "¿En pareja o en grupo?". Esas son las preguntas que escuchará quien llegue a un lugar para jugar juegos de mesa. Si alguien está solo, se lo suma a una mesa. En algunos sitios hay servicio de buffet. Si no, se pide comida y se comparten los gastos. "No suele pasar que la gente interactúe sin conocerse, salvo con el alcohol o la intención de levante. En cambio, acá sí, y eso hace de esta propuesta algo distinto a todo lo que hay", resalta Isa Crosta, que organiza tardes de juegos de mesa en el Club Cultural Matienzo.
Quizás sea por eso que, en épocas de videogames y socialización online, una contrapropuesta analógica gana cada vez más adeptos, que en muchos casos la eligen como alternativa al boliche o al bar. Y por medio de la cual cual nacen amistades y hasta historias de amor.
"Ya contamos 14 parejas formadas en estos encuentros, cuatro de ellas hasta conviven", dice entusiasmada Laura Muollo, quien con su pareja, Ezequiel Wittner, creó Geek Out!, un grupo que organiza encuentros de juegos de mesa en una casa en Coghlan y, una vez por mes, en el Centro Cultural San Martín. "Somos gente que quiere salir un sábado pero no nos gusta el boliche ni el bar", explica Muollo. Y agrega: "El juego como socializador es buenísimo, porque ya te da algo sobre lo que hablar, tenés algo en común".
Es lo mismo que valora Gabriela Brizuela (41, psicóloga), habitué desde hace seis meses de Conexión Berlín, un espacio de juegos de mesa creado en un petit hôtel que supo ser la casa de Carlos Pellegrini. “Fui muchas veces sola y la pasé bárbaro. Compartís un lenguaje con gente desconocida y entrás en sintonía muy rápidamente”, cuenta.
Es ese elemento en común, el juego, el que puede borrar diferencias. De niveles socioeconómicos pero, sobre todo, de edad: aunque en todos los lugares consultados el público tiene en promedio entre 20 y 40 años, llegan desde niños hasta personas de 70 años o más. “Este tipo de propuestas ofrecen espacios donde todos son iguales”, resalta Reinaldo Galaburri, uno de los creadores del club lúdico Garion Rol.
En lo que a veces se notan diferencias es en el género: alrededor del mundo, este tipo de lugares siguen siendo reductos masculinos. Fabián Martínez Torre, que da clases sobre diseño de juegos a nivel universitario, apela a la historia para explicar este desbalance: "El hombre ha tenido históricamente una mayor afición a lo lúdico, por que era a quien se le permitía jugar. Y todavía queda esa secuela". Sin embargo, la presencia femenina crece cada vez más hasta, a veces, ser mayoría. Xavier Pérez, del Centro de Estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la UBA, organiza noches de juegos en el comedor universitario, donde reconoce hacer "un esfuerzo para que todos se sientan cómodos. La clave es no prejuzgar".
En esas partidas, las pantallas que nos acompañan cotidianamente pasan a un segundo plano. “Hasta logramos que casi no toquen el celular. Y, si alguno se cuelga mirándolo, los demás le dicen que lo deje, que ya es su turno de jugar”, cuenta Fernando Temes, quien desde 2013 coordina jornadas de juegos de mesa en su tienda de Villa Crespo 2de6.
“Hoy no hay tanto contacto cara a cara. Por eso creo que la gente está queriendo volver a la cosa analógica: es una reacción ante lo digital”, suma Pedro Visintin, creador junto a su mujer Fabiana Pérez de Conexión Berlín Juegos. Y sabe de lo que habla: es ingeniero en Sistemas.
Direcciones y horarios:
Conexión Berlín Sábados de 21 a 2. Si es un evento especial, puede extenderse hasta las 5. Se reserva por WhatsApp o en su página de Facebook. Hay servicio de bar. Está ubicado en un petit hôtel en Ayacucho 1571, Piso 1, Recoleta. Entrada: $170.
Noches de Juegos de Mesa del CEI Un viernes al mes de 18 a 24, sólo en tiempo de cursada. En el comedor de la Facultad de Ingeniería de la UBA (Paseo Colón 850, San Telmo). Hay servicio de bar. Entrada gratuita.
Geek Out! El primer sábado de cada mes en el Centro Cultural San Martín, de 14 a 20, y los restantes sábados de 16 a ¡8 de la mañana! en una casa en Coghlan, para los que hay que inscribirse previamente en https://www.meetup.com/es-ES/Geek-Out-Argentina/. Gratuito. También organizan festivales anuales.
La Cantera Primer sábado de cada mes, de 21.30 a 3. En La Minga Club Cultural (Maza 1165, Boedo). Entrada a la gorra.
Club Cultural Matienzo Domingos de 18 a 22, en semana a confirmar vía Facebook. En Pringles 1249, Villa Crespo. Entrada gratuita.
2de6 Lunes de 15 a 22 en Thames 744 (Villa Crespo). Entrada gratuita.
Garion Rol Un viernes al mes, a las 21. En la Casa Cultural Avalon (Pringles 511, Almagro). Servicio de buffet. Entrada gratuita.
Ludicamente Segundo y cuarto sábado del mes, de 21 a 1. En las mesas del café Roses (Av. Corrientes y Mario Bravo, Almagro). Entrada a la gorra.
Storyboard Lunes a las 18: cartas Yu-Gi-Oh! (el ingreso es gratuito pero, si hay mucha gente, cobran una entrada de $50 para poner premios). Miércoles a las 18: TEG, Monopoly, Munchkin y Dominion (entrada gratuita). Viernes y sábado a las 18: cartas Magic (entrada gratuita). En Av. Cabildo 2280, local 72, Belgrano.