Gracias a las medidas que se adoptaron en materia de prevención contra el coronavirus, en la Ciudad de Buenos Aires se espera que el pico de contagios sea en la primera semana de junio. Asimismo, buscan que aumente la cantidad de testeos.
Desde el Gobierno porteño habían informado que el pico de los casos de Covid-19 se esperaba para la tercera semana de mayo (del 20 al 23 de ese mes), pero lograron extender esos plazos.
Fuentes oficiales le adelantaron a Clarín que un 30% de la capacidad instalada para internación será para pacientes que provengan del GBA, número que subirá al 50% cuando se trate de casos ambulatorios
"La curva va a ocurrir pero a una velocidad relativamente baja y administrable", dijeron fuentes del Gobierno porteño al diario antes citado.
Entre las medidas que lograron aplanar la curva, se encuentra principalmente el aislamiento social masivo en la Ciudad y el distanciamiento social y familiar de toda persona enferma por lo menos por siete u ocho días, si no se requiere internación hospitalaria.
Asimismo, señalan los expertos, también está el cuidado especial con distanciamiento eficaz a pacientes de riesgo de enfermarse gravemente, como los ancianos y quienes sufren otras patologías graves o tienen el sistema inmunológico deprimido
Sin embargo, ante la posibilidad de que muchos pueden contagiar sin saber que están enfermos, buscarán hacer testeos más frecuentes. Es por eso que el Gobierno nacional descentralizó la responsabilidad de su realización y le permitió a su par porteño instalar tres laboratorios públicos, que ya hacen entre 400 y 500 testeos diarios.
En el Gobierno porteño planean aumentar los dos tipos de pruebas (PCR -hisopado- y el rápido que es con una muestra de sangre). Destinarán el PCR a pacientes con síntomas, mientras que los rápidos serán para grupos de personas en máximo riesgo de estar enfermos y que pudieran no mostrar síntomas, entre ellos, personal de salud y repatriados.
Tanto desde el gobierno nacional, como desde el de la Ciudad de Buenos Aires y de la Provincia de Buenos Aires, insisten con que "la batalla no está ganada, y lo peor está por venir"