Televisión: involución constante

The Casero Experimendo. 

Televisión: involución constante
Casero

Por Alfredo Casero

Horas de televisión, internado en un sanatorio, horas de televisión. La rubia a la que no le da asco hacer de taquito una autopsia, el negro agresivo que usa la pistola a noventa grados, bomberos en estructuras que se desmoronan y siempre se muere uno, Meg Ryan cuando todavía no tenía hocico; Los Cazafantasmas, un programa italiano que no entiendo bien qué es, pero tocan un timbre y es con letras y palabras.

Una joya, Carlitos Balá a las nueve de la mañana. Las palabras medidas y churni, de misia Bolivia, que me hace acordar a la Chona. Mujeres de la vida que deschaban hombres, hombres que piden volver con sus ex mujeres de la vida. Polino, una especie de Pee Wee Herman con botox.

Cinco programas diferentes que muestran dónde encontraron el cadáver de la niña, y el perfil del gordo con remera sucia que las mató. Cosos para adelgazar, que uno los ve y ya entiende estructuralmente que son mentira. Discusiones sobre el peronismo, y más discusiones en mesas redondas eternas, con gente que no cobra por eso. Una película con dos que trabajaban en Videomatch, otra película con George Clooney y Brad Pitt que se hacen los cancheros, policías que detienen negros de muy mala manera, El Chavo, unos gordos pammpa que tatúan a otros nardos.

Gente que tatúa, esa voz horrible de los doblajes. Maduro y sus asesinatos, la Guardia Nacional Bolivariana y la SS. Unos uruguayos que cantan en el CCK, y Lalo Mir que sonríe, con moñito. Todo tipo de cocineros, afanándose la onda unos a los otros (ejemplo: Gross quiere ser Trocca). Noticieros, gente que repite las cosas sin parar. Un plomo. Todo el mundo comentando el pibito que dice que mató a Napoleón. Brancatelli y sus tres de IQ.

¿Para qué tener televisión?

En cuanto a música, un montón de pelados con los mismos anteojos que no sé quiénes son. Mujeres moviendo el culo, y tomas casi ginecológicas que no calientan ni a un preso de Sierra Grande. Autos caros, todo lo que es muerte, todo lo que es gritos, todo lo que es gastadero de saliva, y dibujos animados que de “tan locos” terminan siendo una pedorrada. Voy a mirar el microondas. Uy, empieza una de Volver, es con Pablo Rago.

Es de una chica que antes era mono, pero hay que explicarlo. Voy a mirar la licuadora. La mayoría de las películas ya están vistas. Adiós querida televisión, se la comió el homo videns. ¿Por qué si pago por televisión por cable tengo que aguantarme las propagandas de calditos, de porquerías para el pelo y ainda mais? Por nabo.

Besos

Casero

experimendosanluis.blogspot.com

twitter: @alfredocasero1