Para algunos, la pandemia que azota al mundo entero, ha sido momento de reflexión y de poner a prueba la intención que tiene uno mismo para seguir adelante con sus metas. Tal fue el caso de Jonatan Barrera, un profesor de matemática de Bariloche que cumplió el sueño de ir a su pueblo en bici y hacer 2800 kilómetros pedaleando.
Resulta que en el medio del confinamiento, el docente se propuso ir a abrazar a su familia a la cual no veía hace bastante. En base a esto, comenzó a pensar cómo podía hacer para ir en bicicleta a su lugar de origen y hasta terminó consultándole a profesionales de alimentación sobre los pasos a seguir provenientes a su idea.
“Le puse fecha de inicio que fue el 19 de diciembre, es un sueño que tardó en madurar dos años y medio”, comentó en diálogo con Bariloche 2000, y en este tiempo se fue preparando. Inició su preparación en agosto, cuando la pandemia se lo permitió. Primero 15 km, luego 20 y así le fue sumando, hasta llegar a 80 km. “Fui totalmente consciente del viaje, quería que todo saliera perfecto y poder lograrlo”, comentó al recordar que se capacitó en los alimentos que debía ingerir en el proceso.
Una vez que su cuerpo ya estaba preparado, cargó ropa liviana, algo para la lluvia, su carpa y bolsa de dormir, además de herramientas para solucionar inconvenientes con la bicicleta, y comenzó el ansiado viaje. “El primer día pude hacer 200 km, salí a las 5 de la mañana y llegué a las 6 a Piedra del Aguila”, contó. Si bien el viaje fue muy planificado dependía del clima.
Jonathan tardó 21 días en llegar a destino, en el transcurso del viaje, aseguró que aprendió de caminos, de naturaleza, y hasta de la vida misma, siendo que en La Pampa tuvo un inconveniente con un portaequipaje, no tenía llave, “la iba pasando mal, hice unos kilómetros y encontré una llave regulable en el medio de La Pampa, pude bajar, ajustar el portaequipaje y seguir viaje”.
“Pasaron todas cosas lindas, amo andar en bici y cuando hacés cosas que amás sólo te van sucediendo cosas lindas, vas conociendo personas bellísimas en el camino”, remarcó el joven.
Al finalizar el viaje y arribar finalmente al destino, contó que no solo su familia fue a esperar su arribo, sino también cientos de personas: “Fue algo impensado, mucha gente en la entrada de mi pueblo, afuera de la casa de mis padres, también en el recorrido iba saliendo la gente de los negocios, fue un viaje que planifiqué y fue siempre pensado solo, llegar a la casa de mis padres, abrazarlos y nada más, encontrar a tanta gente no fue nunca planificado”.
Finalmente, la conclusión de su relato fue: “Cumplir un sueño es importante, te hace una persona plena, feliz y se van dando cosas cuando vas cumpliendo tu sueño, en el proceso que lo vas disfrutando mucho, por más complicado que sueñes, que las personas allegadas a vos no lo entiendan creo que es hermoso”.