Al igual que durante toda la pandemia, la tirante relación entre la municipalidad y la Región Sanitaria complicó la llegada de las primeras dosis de la vacuna Sputnik V al partido de Azul. En las últimas horas hubo un fuerte cruce entre el intendente Hernán Bertellys y el titular de la Región IX, Ramiro Borzi, cuyos únicos perjudicados fueron los profesionales de la salud que -a diferencia de sus pares de otras localidades- todavía no pudieron vacunarse contra el coronavirus.
El martes por la noche, Bertellys envió una nota al ministro de salud bonaerense, Daniel Gollán, preguntando porqué no habían llegado las dosis y esta mañana Borzi aseguró que la culpa era del municipio por no tener un freezer en el Hospital Pintos. Al mediodía, el jefe de gabinete, Alejandro Vieyra, dijo que era “poco serio” el argumento de la falta de un electrodoméstico y celebró la llegada de las vacunas el próximo lunes.
La pandemia pegó fuerte en Azul, los 90 fallecidos son un claro ejemplo. Sin embargo, los azuleños sufrieron otra pandemia: la falta de cooperación entre los funcionarios municipales y provinciales a la hora de trabajar por los ciudadanos del distrito. Los cruces entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todos fueron moneda corriente desde marzo a la fecha.
Las peleas en el Concejo Deliberante por el rol de la oposición en medio de la emergencia sanitaria, las chicanas por el Operativo Detectar, las dudas sobre las estadísticas y los testeos son sólo algunos ejemplos. Todo fue motivo de disputa entre funcionarios municipales y provinciales, que en medio de la pandemia, no supieron trabajar codo a codo por el bien de los azuleños.