Socorristas del Callvú: "En un mundo justo las niñas no son madres"

En la víspera del Día de las infancias, el grupo feminista azuleño se sumó a la campaña #VivasYJugando.

Socorristas del Callvú: "En un mundo justo las niñas no son madres"
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Por Socorristas del Callvú

Deseamos un mundo, o muchos mundos, donde las infancias puedan ser pensadas en su pluralidad, en sus diferencias y singularidades. Reconocer a las infancias desde las múltiples vidas que construyen ese tiempo tan particular. Elogiarlas. Abrigarlas. Escucharlas. Albergar y expandir sus deseos.

Pensar y sentir las infancias en su fragilidad requiere de tiempo hondo disponible, de cuidados y ternura. El tiempo de la infancia es tiempo presente. Es un aquí y un ahora. Y es en este tiempo que hay niñeces que cuidar para que no pierdan su infancia. Cuidar este tiempo de vida, estas vidas, estos mundos posibles.

Relanzamos la Campaña En un mundo justo las niñas no son madres, para seguir interpelando, aguijoneando, arriesgando otras promesas de destino. Esta campaña es un acto de politización de los cuidados porque cuidar lejos está de ser mera responsabilidad individual, es un derecho de todas, todes y todos.

En un mundo justo las niñas no son madres es también una apuesta de profunda responsabilidad social desde la certeza de estar a(r)mando mundo feminista. Las queremos vivas de risa, vivas jugando. Las queremos niñas, no madres. Necesitamos extender y dar alojo a los tiempos de la infancia.

En un mundo justo, se cuida a las niñas de la tortura del abuso y las violaciones. Por eso mismo, en un mundo justo, las niñas no son madres.

En un mundo justo, los estados y sus gobiernos protegen y expanden buen vivir para las infancias. Promueven y garantizan que sus vidas estén libres de violencias. Las salvan de los malos tratos; del hambre, de la falta de vivienda, de la falta de agua, de la falta de necesidades básicas, de la falta de acceso a la educación y a la salud, del irrespeto a su identidad.

En un mundo justo los estados y sus gobiernos garantizan todos los derechos de la niñez, los escritos y los que están escribiendo con desenfado y provocación las niñeces en su cotidianeidad. ¡Las niñeces merecen vivir ese mundo justo!