Dicen que la historia tiende a repetirse o quizás cuando pasa el tiempo tienen un punto en común y es lo que sucedió con Martín Ramón, hijo del jugador de fútbol “Pato” Ramón que por cuestiones laborales estuvo en Nuevo Gasómetro. Cuenta la historia, que el 2 de septiembre de 1984 en la cancha del Deportivo y Cultural Arroyito los locales y San Lorenzo de Almagro jugaron uno de esos partidos que se convierten en mitos o leyendas, pero antes que nada, un gran triunfo del fútbol de Arroyito. En ese juego el “Pato” se sacó una foto con el por entonces y en ese amistoso marcador central del equipo de Boedo Rubén Darío Insúa, que estaba de pre-temporada en nuestra ciudad. Tres décadas después lo hizo su hijo Martin e Insua recodó al encuentro y a su padre.
Martín no lo hizo cono futbolista, pero si relacionado al club del que es hincha y por cuestiones laborales; ocurre que es un talentoso diseñador gráfico orientado al marketing deportivo; trabajó y trabaja con futbolistas del país y otros que se desempeñan en el exterior y tuvo el “orgullo” de crear en el homenaje que el club azulgrana le hizo a una leyenda el parche que el plantel profesional llevo en la camiseta.
El seis de agosto se cumplieron 100 años del fallecimiento de Jacobo Urso, el jugador que literalmente dejó la vida por San Lorenzo. Urso que se desempeñaba como half-back izquierdo fue el primer jugador azulgrana en jugar para la Selección Argentina y en un partido ante Estudiantes (BA) recibió un codazo en la zona de sus costillas, lo que le terminaría perforando un riñón. Después de la finalización del encuentro fue por su cuenta a la guardia del Hospital Ramos Mejía, en donde se informó el duro diagnóstico y permaneció internado hasta su fallecimiento, ocho días después a sus 23 años.
El parche que Martín fue usado en la camiseta del equipo en el empate 0 a 0 ante Estudiantes de La Plata; allí el diseñador pudo no solo conocer (aunque ya los conocía) por que ha realizado trabajos en el club a varios de los futbolistas y también a la familia del legendario Jacobo.
Lo más espectacular fue cuando Martín se acercó al entrenador, Rubén Darío Insua, le comento quien era, le hablo de aquella legendaria estadía en Arroyito de un San Lorenzo que volvía a la máxima del fútbol argentino y la respuesta de técnico no solo fue de asombro, también recodaba cada detalle de aquello, incluso su adversario y lo más importante; le significó un gran recuerdo.