Ante la amenaza de la variante Delta del coronavirus, hasta ahora la más peligrosa que ha aparecido, distintos países del mundo comenzaron a debatirse la posibilidad de disponer de un tercer elemento en el esquema de vacunación. Desde el Ministerio de Salud de la Nación, mientras la prioridad es terminar de aplicar las segundas dosis, analizan cómo seguir para reforzar la inmunización.
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Según los profesionales sanitarios que trabajan con el Gobierno, es posible que la nueva variante del Covid-19 alcance una circulación comunitaria en el país a mediados de agosto o septiembre. Frente a este temor, la opción que más está en consideración es la de agregar una instancia más en el plan de vacunación, prioritariamente para las personas mayores de 60 años y especialmente para los médicos de ese grupo etario.
Hasta ahora, la única respuesta que se le conoció a Carla Vizotti, ministra de Salud de la Nación, sobre las posibilidades del país de disponer de un tercer elemento fue: “lo estamos analizando”.
Según las cifras más recientes, la Argentina recibió un total de 41.833.930 de dosis; mientras que todavía quedan por cumplirse una gran parte de los contratos por la vacuna rusa, donde se arregló la llegada de 5 millones del componente 1 y 13 millones del componente 2, y de la Astrazeneca, de las que se espera que lleguen 12.358.900 dosis.
A esto que falta se le suman los arreglos con Pfizer por 20 millones de unidades, con Moderna por otras 20 millones, las 5,4 millones de dosis del contrato con CanSino, las 10 millones del laboratorio Bharat Biotech de la India (dosis de Covaxin) y las más de 7 millones que se esperan de COVAX.
En total, se estima que entre lo que resta del año y la primera mitad del 2022, llegarán al país 92.814.900 dosis de vacunas, un número que comienza a verse como una buena reserva en caso de ser necesario recurrir a la aplicación de un tercer elemento.
Actualmente, el principal problema al que se enfrenta el Gobierno es la falta de segundos componentes de Sputnik V, mientras que Rusia incumplió con las cantidades acordadas y los períodos de entrega, también complica que todavía no hayan aprobado el lote de componentes 2 envasados en el laboratorio Richmond.
Mientras que aumenta la cantidad de personas que ya superaron la ventana de 90 días entre ambas dosis, la amenaza de la variante Delta es todavía más preocupante. Según el último reporte del Ministerio de Salud de la Nación, ya se registraron 46 secuenciaciones genómicas del linaje, y la posibilidad de llegar a una circulación comunitaria está cada día más cerca.
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Por ese motivo, el Gobierno prioriza aplicar las segundas dosis en agosto, además de comenzar con la inmunización de las personas menores de edad con comorbilidades, que se estima que son 924 mil en la Argentina. De las 281 que fallecieron hasta ahora por culpa del virus, el 85% presentaba factores de riesgo, un porcentaje que motiva aún más la decisión de acelerar con esta campaña.