Cuando aún el gobierno nacional se encontraba explicando el impactante aumento de la pobreza informado por el INDEC, se conoció a poco de la medianoche del jueves la salida del gabinete del ministro de Salud, Mario Russo. “Se va por cuestiones personales”, hicieron trascender desde Casa Rosada respecto a la tercera baja que se produce en el gabinete nacional y al apartamiento número 58 de un funcionario del gobierno de La Libertad Avanza.
La salida de Russo, qué rápidamente fue remplazado por Mario Lugones (ligado al Sanatorio Güemes) ocurrió en medio de versiones de fuertes internas dentro del ministerio y en un contexto de hechos preocupantes para el oficialismo como la suba a casi 53 por ciento de la pobreza, la polémica visita presidencial a las sierras cordobeses incendiadas -eludiendo un encuentro con los bomberos voluntarios-, y una sensible baja en la imagen de Milei, según coinciden distintas encuestas. El tuit de esta tarde de la vicepresidenta Victoria Villarruel criticando el reciente acuerdo entre la Cancillería y el Reino Unido por las Islas Malvinas, completó el cuadro agitado. “Malvinas es mi límite”, escribió, en otro episodio de la interna del Ejecutivo.
Las principales declaraciones de los funcionarios tras la salida de Russo
El vocero Manuel Adorni, si bien informó que la salida de Russo obedeció a razones “estrictamente personales”, reconoció que “los equipos se van mejorando aceptando los cambios y no, negándote a ellos”.
“Es un valor agregado que los funcionarios se puedan ir renovando”, agregó. Adorni dejó un aviso: “se seguirán yendo (funcionarios) porque es parte de un gobierno que quiere hacer lo mejor” como “buscar permanentemente en todas las líneas a los mejores funcionarios”.
“Hubo otros funcionarios que ya se han ido; los más relevantes, el ministro Ferraro, el ministro Posse”, citó Adorni. Para el vocero, el desplazamiento de casi 60 funcionarios de alto rango expresa el interés del Presidente Milei de que “ministros, secretarios y subsecretarios puedan ir mejorando cada una de sus áreas”.
El gobierno confirmó rápidamente la sucesión de Lugones al frente del Ministerio de Salud. Se trata de un funcionario ligado a la Casa Rosada: desde que asumió el gobierno libertario, hace ya casi diez meses, Lugones fue nombrado “asesor” en área de Salud. Pese a no tener “firma” en las resoluciones, nadie negaba su influencia en el ministerio, donde ubicó gente suya sin consulta a Russo.
Lugones es un viejo conocido del “triángulo de hierro”, definición que acuñó Milei para referirse a su círculo íntimo, y que lo conforman, además de él, su hermana Karina y el asesor presidencial, Santiago Caputo. Rodrigo Lugones, hijo del flamante ministro, compartió una consultora política con Caputo.
Entre las versiones que apuraron la salida de Russo, el periodista Eduardo Feinmann informó que “gente muy cercana (al ministro saliente)” atribuyó la renuncia a “diferencias en la forma de gestionar”. Pero señaló un punto donde coinciden otras versiones: hubo una discusión entre Russo y Santiago Caputo.
Días atrás, el ministro saliente le había achicado el margen de maniobra a funcionarios nombrados por Caputo y el sucesor Lugones, que actuaban como una virtual intervención del Ministerio. Las recientes disposiciones de Russo, que limitaban a los protegidos de Lugones y Caputo, decidieron la suerte del ex ministro.
Con todo, en un comunicado, Russo (ex funcionario cuando María Eugenia Vidal fue gobernadora de Buenos Aires) le agradeció “al presidente Milei, a la Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y a todos los ministros del Gabinete nacional por la oportunidad de ser parte del gobierno en la tarea de reordenar el sistema de salud en beneficio de todos los argentinos”.
La gestión de Russo estuvo marcada por la crisis de abril pasado relacionada al brote de dengue y el corte de medicamentos a pacientes oncológicos. La crisis ministerial, trascendió, refleja además una puja por la Superintendencia de Salud, organismo con injerencia en los millones que manejan las obras sociales sindicales y las prepagas. El ministro Lugones conoce Luis Barrionuevo y Enrique “Coti” Nosiglia por la administración del Sanatorio Güemes, y sabe los pormenores del manejo sindical de las obras sociales.
Acaso la versión más inquietante sobre la salida de Russo la aportó el periodista Marcelo Bonelli. “La denuncia de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, ante el Papa Francisco sobre un hecho de corrupción, finalmente estalló este jueves a la noche. Fue una bomba que explotó después de las 22 y sacudió a las redacciones: se va el ministro de Salud, Mario Russo”, publicó el periodista de Clarín.
En este contexto de gabinete revuelto, aumento de pobreza y un nuevo episodio interno protagonizado por la vice Victoria Villarruel que vuelve a tomar distancia del presidente, Javier Milei relanzará este sábado La Libertad Avanza, con un acto en la porteña Plaza Lezama, en el que será único orador.