Johnny Espósito es uno de los sobrinos de Diego Maradona, hijo de su hermana María Rosa. El joven tenía una relación cercana con su tío, al punto que compartió con él sus últimas horas, y vivía también con Diego.
Por primera vez desde la muerte del astro, Espósito brindó una entrevista y se emocionó durante la charla con Vino para Vos del canal KZO. “Esto recién empieza, el día a día, ves una imagen, escuchás la música que escuchabas con él y no podés no recordarlo”, dijo sobre la memoria de su tío.
“El 24 estuvo bien, pero él no quería vivir, no se dejaba ayudar. No sé por qué no la peleó como la peleó siempre. Yo pienso que a lo mejor habrá sido porque él ya no podía patear una pelota”, dijo sobre la víspera del fallecimiento de Maradona, el 25 de noviembre.
En el mismo sentido ya se habían expresado otros allegados de Diego. “Se entregó”, dijo Guillermo Coppola, y “Se cansó y dijo basta”, fue la frase que eligió la cocinera Monona.
Sobre el mismo día, Espósito siguió narrando: “El 24 hicimos lo de todos los días, mirar tele, mucho fútbol, mate y nada. Yo sentí que él ya no quería más”. “Por ejemplo, el hecho de ‘vamos a salir a caminar aunque sea al patio’, ya que él te diga que no, es porque no quería más”.
“Yo intentaba arengar, pero cuando él me decía ‘ya viví 60 años y me privé de muchas cosas y no quiero seguir así’. No sé si lo sentía (que se iba a morir), pero él jodiendo te decía ‘viví hasta los 60, no quiero más’. Pero uno no piensa... Si sabía que era el último día me acostaba con él y me quedo con él”, dijo Johnny.
“Yo vivía con él. El 24 a la noche, yo me despido, me voy a mi cuarto. Estaba el doctor, que le toma todos los pulsos, el chequeo diario. Nos despedimos: ‘Hasta mañana’. Habrá sido a las once de la noche”, recordó.
“Mucho no me acuerdo, ahora se me hace un nudo. Pero comimos, miramos... No sé si había jugado Boca o Gimnasia. Hablábamos de fútbol”, narró sobre la noche en la que jugó River con Athletico Paranaense y Racing con Flamengo, por la Copa Libertadores.
“Yo estaba en un segundo piso, él por un tema de comodidad estaba abajo, para no subir las escaleras. Yo me fui a dormir”, contó. “Me despierto entre las 9 y las 10 de la mañana. Bajo, desayuno y tipo 11 creo que van los médicos y ya no... no reaccionaba”.
“En realidad, mucho no puedo hablar, pero hay gente que lo vio (muerto) antes que yo (los médicos)”, aclaró. “Yo cuando entré ya estaba muerto. Habrá sido a las once y media”, sostuvo.
Sobre su reacción al enterarse de la muerte, dijo: “En realidad... Le avisé a mi mamá, o le avisé a uno de mis hermanos que le avise, yo quería apagar el celular”.
“Ahí se me pasaron millones de cosas. Decía: ‘No puede estar pasando esto’. Uno no quería que llegue nunca ese momento”, agregó. “A Diego le costaba comer porque estaba bajón, no por un problema”, dijo sobre los últimos días del Diez.
Sobre la personalidad de Maradona, rememoró: “El vivía para sus padres, él lo contó siempre. Su sueño era comprarles una casa” (...) Él se bajoneó mucho cuando murieron sus padres”, aseguró.
“Dentro de lo malo me llevo lo bueno de haber vivido... Era un tipazo”, contó. Y recordó: “A él no le gustaba que llores. Yo cuando veía una imagen con él, me iba, me ponía a llorar y después volvía”.
Johnny contó detalles del último cumpleaños de Maradona, el 30 de octubre, cuando se le hizo un homenaje en la cancha de Gimnasia. “Entre emociones y todo un proceso... En realidad no me gustó mucho el último cumpleaños porque no lo disfrutó como lo tenía que disfrutar... Mucho no quisiera recordar, después vino la internación...”.
Además habló sobre la estrecha relación que tenía con su tío: “No sé qué pasó entre nosotros, él me hablaba mucho, de chiquitito (...) Nací en el 84 y en el 86 fui a Italia. Me acuerdo la adoración de la gente de Nápoles, no sé si no lo quieren más allá que en algunos lugares de acá”.
“Al principio fue jodido ser Diego. No poder salir a comprar no debe ser nada fácil. El en el último tiempo no quería ser Maradona, quería ser Diego por un rato. Le preguntaba qué querrías ser si no fueras Maradona y te decía ‘ir al supermercado’. Algo que hacemos todos los días. Ahí te mataba”, contó.
“La gente lo perseguía, para tocarlo, un autógrafo. Pero él era el amor”, sumó. “Mi vieja le hacía una sopa paraguaya y estaba feliz. Eso fue siempre lo que me gustó de él, teniéndolo todo y el tipo con dos cosas lo hacías feliz”, contó.
“Le molestaba que lo apuren. Él te esperaba para decirte ‘vamos’. Se enojaba dos minutos y se le pasaba. Para que se enoje con vos se tenía que esmerar”, añadió.
“Con mi mamá Mary eran muy compinches. Contaban anécdotas y no paraban de reírse. Hay una anécdota de cuando iban de estación a estación. Mis abuelos le habían dado a Diego plata para el pasaje. Se la quedaron, corrieron, mi tío se cayó. Eran chicos, diez años”.