Mientras que todavía la mayor parte de la población argentina no completó el esquema de vacunas contra el Covid-19, las autoridades sanitarias porteñas, el Ministerio de Salud de la Nación y los expertos en el tema analizan la posibilidad de una “revacunación” o una “tercera dosis”.
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Según las cifras oficiales, apenas el 12,65% de los habitantes del país recibió la inmunización completa contra el Coronavirus. Mientras se intenta acelerar el ritmo con la aplicación de la Sinopharm, que por ahora tiene un plazo de 21 a 28 días entre las dos dosis, las dificultades para conseguir el segundo componente de la Sputnik V retrasan los esquemas.
Luego de que se alcanzara una demora de 100 días para la segunda aplicación, el Gobierno inició un reclamo contra Rusia por la provisión del componente faltante. Frente a la amenaza de la variante Delta, el panorama se complicó aún más cuando también se incumplió el lapso máximo de tiempo entre las dosis de la AstraZeneca.
Por otro lado, los profesionales de la salud aseguran que, aunque finalmente se complete el esquema en toda la población, es probable que sea necesario repetir el proceso, al menos con una tercera aplicación. En este marco, todavía analizan cuál será el criterio a seguir, qué grupo será prioridad en esta nueva campaña y cuándo se hará.
Según los números oficiales, en la Ciudad de Buenos Aires, apenas el 47% de los mayores de 60 años completaron el esquema, mientras que en la Provincia el número sube a 63%. A nivel nacional, de ese grupo etario sólo el 45% terminó el plan de inmunización.
“Se está evaluando si es necesario la aplicación de refuerzos para que la respuesta inmunológica se prolongue durante más tiempo”, informaron desde el Ministerio de Salud. Además explicaron que “‘refuerzo’ y ‘tercera dosis’ no son conceptos intercambiables”.
“La aplicación de una tercera dosis implica la necesidad de tres dosis para lograr una respuesta inmunológica protectora, que es algo que ya se evaluó a nivel mundial y se ha descartado en países como los Estados Unidos y el Reino Unido”, agregaron.
Mientras tanto, Javier Farina, infectólogo de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), sostiene que “La eficacia de las vacunas, con las dos dosis, es muy alta frente a todas las variantes, incluso la Delta. Por el momento, la necesidad de un booster (una tercera dosis) no es algo que se esté contemplando en forma masiva”.
Sin embargo, aclara: “Esto no implica que con nuevas variantes, con mayor interferencia de la inmunidad generada por vacunas previas, se pueda repensar. Si el Covid se convierte en un virus estacional, puede llegar a requerirse una inyección anual”.
Por último, afirma que por ahora sólo se puede definir qué sector debería tener la prioridad en el caso de que se aprobara la aplicación de una tercera dosis. “En el grupo inmunosuprimido -personas con una enfermedad que afecta al sistema inmunológico o bajo un tratamiento que disminuye las defensas-, ya hay evidencia de que es necesaria la tercera dosis o refuerzo”, explica.