El Gobierno nacional prepara un protocolo para regular el regreso a las aulas, con normativas comunes en todas las jurisdicciones, luego de explicitar que priorizará el retorno de las clases presenciales en el Decreto de Necesidad y Urgencian (DNU), con el que extendió el distanciamiento social preventivo y obligatorio (Dispo) hasta el 28 de febrero.
De cara al ciclo lectivo 2021, dentro de 12 días, el Consejo Federal de Educación, que reúne a los ministros del área de todo el país, mantendrá el primer encuentro presencial desde la irrupción de la pandemia, luego de casi un año.
Mientras algunos gremios docentes rechazan la vuelta presencial, el ministro de Educación Nicolás Trotta, que en los próximos días terminará su gira por todo el país para escuchar los planes de los gobernadores, avanza en el borrador de un protocolo nacional para fijar esquemas de control y flexibilización, según publicó Clarín.
Esta semana está prevista una reunión con Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de Gobierno de la Ciudad, el primer distrito que planificado implementar la presencialidad en la “vuelta al cole”.
Hasta el momento, las 24 jurisdicciones se rigen con el protocolo que el Consejo Federal elaboró en julio pasado y con el “semáforo” que instrumentó en octubre. Cuando se fijó la primera resolución (364/2020), la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideraba las clases presenciales como uno principales vectores de contagio. Con ese enfoque, se aprobó un documento excesivamente restrictivo, que ahora Trotta pretende mejorar.
En el Gobierno la idea es impulsar las clases tres veces por semana. “No es una revinculación, sino un regreso indispensable”, aseguran fuentes allegadas a la gestión nacional, aunque pretenden regular el trabajo de los docentes que enseñan en más de una escuela, muchas de ellas, alejados geográficamente entre sí.
Otro de los temas que tratará el Consejo Federal será la unificación de los contenidos educativos de 2020 y 2021, para evitar un desfasaje más profundo en 2022. En el Palacio Pizzurno, insisten en que la puesta en marcha de las clases presenciales empezó a orquestarse en noviembre con el documento “A las aulas”.
En el Ejecutivo, sostienen que es falso decir que la Argentina renunció a la presencialidad en 2020 a pesar de que las clases se interrumpieron el 15 de marzo, antes de que se declarara la cuarentena, según Clarín. Solo volvieron a cuentagotas con experiencias pilotos en algunas jurisdicciones hacia el final del ciclo lectivo.
Apuntan que países de la región como Bolivia, Paraguay y México tomaron la decisión de interrumpir las clases presenciales de manera permanente, y recuerdan que fue un gobernador opositor, el jujeño Gerardo Morales, el primero en suspender las clases físicas.
En el Gobierno, señalan que si hay un alza de contagios significativa se suspenderán otras actividades, pero se intentará sostener con todos los medios posibles las clases presenciales. Preocupa el millón de alumnos que, según los números oficiales, perdieron contacto con las escuelas.