El alcalde de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, fue detenido por la Policía este martes en su propia casa, acusado de participar en una red de corrupción que, según sospechan las autoridades, él mismo dirigía.
Además de Crivella, fueron arrestados el empresario Rafael Alves, el comisario jubilado Fernando Moraes y el extesorero del partido del alcalde, Mauro Macedo, entre otras personas que han sido objeto de una denuncia presentada por el Ministerio Público.
Crivella, quien concluirá su mandato el próximo 1 de enero, es un fuerte aliado del presidente Jair Bolsonaro en Río de Janeiro y uno de los principales líderes en esa ciudad del partido Republicanos, al que están afiliados dos de los hijos del mandatario que actúan en política.
El alcalde, un prominente pastor evangelista que hizo su carrera política desde el púlpito religioso, fue candidato a la reelección en noviembre pasado y contó en su campaña con el apoyo directo y explícito de Bolsonaro, pero finalmente fue derrotado por Eduardo Paes, exalcalde de Río de centroderecha que asumirá el cargo el 1 de enero.
La gestión de Crivella estuvo marcada por numerosas denuncias de irregularidades y polémicas sembradas por la forma en que mezcló la gestión pública y sus creencias religiosas, que le llevó a, por ejemplo, restar recursos públicos al Carnaval, una fiesta “pagana” para el alcalde, pero que atrae millones para la economía carioca.
Los supuestos fraudes que han llevado a su detención habrían sido cometidos en la campaña que llevó a Crivella a la Alcaldía en las elecciones de 2016, pero habrían continuado una vez en el cargo, mediante comisiones recibidas de empresas a cambio de contratos con el Ayuntamiento.
Crivella, sin embargo, negó tajantemente cada una de las acusaciones.
“Luché contra la ilegalidad, recorté los recursos del Carnaval, fui quien más luchó contra la corrupción en Río de Janeiro”, dijo al llegar a la llamada Ciudad de la Policía, un complejo de comisarías situado en la zona norte de la ciudad y en la que deberá permanecer detenido.
El arresto del alcalde en pleno ejercicio de su cargo es un nuevo capítulo de la larga historia de la corrupción en Río de Janeiro, un estado cuyos últimos cinco gobernadores han pasado por la cárcel y el actual, Witson Witzel, está suspendido del cargo por sospechas de irregularidades en la compra de equipos para combatir la covid-19.
Con información de EFE.