Continúa el escándalo por los hisopados en Ezeiza: estratégico cambio de socios y un negocio millonario

Las idas y vueltas del empresario a cargo de la atención médica en el aeropuerto, sumado a la falta de antecedentes de la firma que hace los testeos, acrecientan las dudas sobre el servicio.

Continúa el escándalo por los hisopados en Ezeiza: estratégico cambio de socios y un negocio millonario
Centro de Testeos en Ezeiza Labpax (Foto: Clarín)

Marcos Aguirre es un prestador importante de PAMI y también dueño de Sanity Care Group, empresa que está a cargo de la atención médica en los dos aeropuertos más importantes del país. El empresario estaba inmerso en un proyecto junto a la fundación Nexus para testear masivamente a los turistas, sin embargo, lo abandonó y armó una alianza con Bio Fab Reserch, de Jorge Fabrello.

//Mirá también: Polémica y presuntas irregularidades con los hisopados de Ezeiza

Poco después, el Gobierno estableció la obligatoriedad de los hisopados para quienes llegaran del exterior. Así, el negocio de volvió millonario, y Nexus quedó afuera de los planes.

Aguirre y Fabrello le dieron vida a LabPax, la empresa que se supo, luego de una investigación de La Nación, estaría “floja de papeles”. A cargo de esta figuran dos monotributistas sin antecedentes en servicios de salud e inscriptas en las categorías más bajas.

Sin embargo, LabPax firmó un contrato con Aeropuertos 2000 y se quedó con el negocio de los hisopados. Mejor dicho, lo firmó con la fundación San Lázaro, que maneja la sobrina de Eduardo Eurnekian, presidente de AA2000. La fundación recibiría el 15% de la facturación total.

LabPax, cerca de la salida

Por otro lado, hubo algo que comenzó a sorprender a los turistas que se hisopaban y es que los resultados estaban en menos de cinco minutos, cuando por lo general demoran cerca de 15. A los manejos empresariales, se sumaba también así las dudas sobre la calidad y seriedad de los diagnósticos.

Asimismo, el bioquímico Jorge Chizzolini denunció que pese a haber dejado de trabajar en marzo, aún seguían utilizando su firma digital y todavía figura como director técnico de LabPax.

Centro de Testeos en Ezeiza Labpax (Foto: Clarín)
Centro de Testeos en Ezeiza Labpax (Foto: Clarín)

Luego de que esta variedad de detalles salieran a la luz, AA2000 se vio obligado a terminar el contrato con LabPax. “La compañía ha decidido reemplazar al prestador del servicio y ha propuesto que Stamboulian Servicios de Salud asuma la dirección técnica e implementación de los testeos en nuestros aeropuertos”, señalaron mediante un comunicado.

Cifras importantes

Pese al anuncio, este domingo LabPax continuaba a cargo de los hisopados, con una recaudación que rondaría los 6 millones de pesos diarios. Desde AA2000 consignaron a Clarín que “el ingreso de Stambulian está en proceso”. Por su lado, en Stambulian estudian cómo “absorber la estructura que armó LabPax”. Cada testeo cuesta 2500 pesos para los que llegan a Ezeiza o Aeroparque, y 4000 pesos para los que estén por viajar.

Un funcionario de la Municipalidad de Ezeiza reconoció haber ofrecido el servicio: “Nosotros ofrecimos hacernos cargo de los testeos con el aval del laboratorio del hospital Eurnekian, que fue construido por el dueño de AA2000. El precio de los testeos sería muy inferior al que ahora están cobrando. Rechazaron la propuesta”.

//Mirá también: Coronavirus en Argentina: el país superó los tres millones de casos

En Aeroparque el negocio también se volvió interesante, dado que ahora es obligatorio el testeo para varios vuelos de cabotaje. “Mi hijo Santiago viajó el jueves a El Calafate. En el check in nos dijeron el estudio debía ser dentro de las 48 horas antes del vuelo. Tuvimos que pagar 4000 para que pueda viajar. Y cuando llegue de Santa Cruz, para que le permitan salir del aeropuerto, deberá pagar otro de 2500 pesos”, contó una ciudadana.

En AA2000 reconocer los desprolijidades, pero sostienen que el conflicto debería quedar circunscripto a un arreglo entre privados. “LabPax ofrece en el aeropuerto un servicio como lo hace la confitería, la farmacia, el quiosco o el puesto de revistas”, argumentan, aunque de más está decir que un estudio de este tipo, y en este contexto sanitario, debería manejarse de manera profesional y transparente.