Este jueves, el empresario Alejandro Rosario Manuel Leguizamón fue condenado a 50 años de cárcel por el abuso sexual de cuatro de sus hijas.
Leguizamón es dueño de una fábrica de membranas, vivía en su casa ubicada en Castelar Sur con su esposa y sus 11 hijos, donde cometió los abusos.
“Lo mío con vos no es abuso, es incesto. Yo estoy enamorado de vos y juntos tenemos que hablar con tu mamá para que haga una terapia y lo acepte”, le escribió en una carta a Romina, la mayor de sus hijas.
La firmó, escribió su número de DNI, le puso la fecha y agregó: “Si querés denunciame”. Días después le quitó el papel y lo hizo pedazos.
El 16 de abril de 2016, cuatro de sus hijas lo denunciaron. El empresario se fugó hasta 2019, cuando cayó detenido. Ahora está preso en la Unidad Penal 39 de Ituzaingó.
Las víctimas fueron sus hijas Romina, hoy de 32 años, Soledad (30), Carolina (29) y Evangelina (27), que lloraron juntas al conocer la sentencia. La pena fue dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 de Morón, integrado por los jueces Mariana Maldonado, Claudio Chaminade y Juan Carlos Uboldi.
En el juicio que empezó el seis de septiembre, el acusado negó todo y dijo que se trataba de “un plan” por parte de su familia para quedarse con la fábrica de membranas.