Brasil anunció que comenzará a producir en su territorio la vacuna rusa Sputnik V contra el coronavirus, pero que toda la producción se exportará a otros países de América Latina que ya han aprobado su uso, como Bolivia o Argentina, ya que la agencia brasileña del medicamento aún no da el visto bueno para esta inoculación.
Las vacunas serán producidas por la farmacéutica brasileña Unión Química, y quedará a la espera de la autorización de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) para poder iniciar los ensayos de la fase 3, cuando se aplica a la población para probar su efectividad y hallar posibles efectos adversos.
La falta de un plan de vacunación y la demora en la autorización de la vacuna por parte de Anvisa pusieron nuevamente en la mira al Gobierno de Jair Bolsonaro, al que se le ha acusado de presionar a esta agencia estatal, debido a su conocida falta de confianza en la efectividad de las vacunas.
“Algunos dicen que estoy dando un mal ejemplo. O son imbéciles, o son idiotas, quienes dicen que yo doy mal ejemplo, ya pasé el virus, ya tengo anticuerpos. ¿Por qué debería ponerme una vacuna?”, se preguntó hace un mes Bolsonaro, y sostuvo que “nadie” puede obligarle a vacunarse, pues Brasil “no es Cuba o Venezuela”.
En Brasil Anvisa sí autorizó ya las vacunas de la farmacéutica china Sinovac, que será desarrollada en el Instituto Butantán de Sao Paulo, después de que aterrice en Brasil en los próximos días una primera remesa de unas seis millones de dosis, así como la de Oxford, de la que se importará de India unos dos millones de dosis.
Con información de DPA.