La violencia y estigmatización de la mujer en televisión es el principal motivo por el cual se quejan y realizan denuncias ante las autoridades competentes los televidentes de toda la Argentina.
La TV y sus contenidos actúan de forma combinada y se relacionan con el contexto social. Basta pasar unas horas frente al televisor para ver un reflejo –aunque absolutamente editado- de una "realidad ficcionada" en los distintos canales que ocupan la programación. Ese recorte a veces gusta, enoja o hiere, pero muy pocas veces resulta indiferente.
Aún no son cientos de miles, pero en la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual reconocen que las denuncias por contenidos "inapropiados" vienen en aumento en los últimos años.
Incluso las demandas sociales que ganaron la calle se cuelan en la agenda, no tanto de la producción de contenido sino en lo que el televidente está dispuesto a ver, tolerar o admitir, explican las fuentes oficiales consultadas. Movimientos como el feminismo o la comunidad de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales (LGTB) están generando un cambio cultural en ese aspecto.
En ese escenario en el que la valorización de los contenidos no es la misma que en los años '70 u '80 cuando la mujer aún era considerada mayoritariamente un objeto sexual en la denominada "caja boba", provocó también un aumento de ciertos reclamos de los televidentes que ven quebrantados sus derechos.
Ante la consulta de este medio, la Defensoría informó que, desde marzo de 2018 hasta el mismo mes de este año, las denuncias por la violencia y estigmatización contra la mujer lideran el ranking en el país con el 24 por ciento de los reclamos. Las quejas relacionadas a la categoría denominada "infancia" (contenido apto para todo público) ocupan el segundo lugar con el 12 por ciento a nivel nacional. Los programas de TV ponen al aire escenas o imágenes no aptas para menores entre las 8:00 y las 22:00, lo cual está prohibido por la ley 26.061. En la tercera ubicación están las denuncias por discriminación contra la comunidad LGBT, con el 8 por ciento.
Desde la Defensoría, manifestaron que los casos tienen una alta tasa de resolución, al punto de que sólo hay tres casos que no tuvieron una definición favorable. No obstante, no hay casos que hayan quedado archivados. Al recibir los reclamos, los casos son revisados por la dirección de análisis, investigación y monitoreo de dicha defensoría que luego ocupa el rol de mediadora para reparar el derecho vulnerado.
