Jon nació con una patología conocida como Síndrome de Treacher Collins, una enfermedad que se caracteriza por deformar la cara. Su madre Anny, al verlo, dijo que era un “engendro” y le pidió a la enfermera que se lo llevara porque no lo quería ver nunca más.
Tras el abandono, el niño fue trasladado a un orfanato donde pasó toda su infancia y atravesó varios momentos difíciles debido a que era víctima de burlas. Muchas veces intentó suicidarse pero no lo consiguió.
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