Tras reunirse con su par Jair Bolsonaro, el presidente Mauricio Macri regresó al país con varias certezas y un par de serios interrogantes a futuro: la modernización del Mercosur, políticas duras de seguridad y de lucha contra el narcotráfico, y una visión común sobre la región (fundamentalmente, respecto de la crisis venezolana), se alinean entre los objetivos comunes de ambos gobiernos.
La flexibilización de las condiciones para el comercio internacional de cada país por fuera del Mercosur, aunque celebrada por el gobierno de Macri, abre interrogantes para el país, ante la posibilidad concreta de que Brasil consiga nuevos socios comerciales que terminen sustituyendo las exportaciones argentinas, en particular en el área de la industria automotriz.
Con su visita a Brasil, Macri compensó su ausencia a la ceremonia de asunción del brasileño, el 1º de enero. Bolsonaro y Macri mantuvieron primero una reunión a solas en el Palacio de Planalto y después la abrieron a sus colaboradores. Así a la reunión sumó al canciller Jorge Faurie y a los ministros Nicolás Dujovne (Hacienda), Dante Sica (Producción y Trabajo), Oscar Aguad (Defensa), Germán Garavano (Justicia) y Patricia Bullrich (Seguridad). También participaron el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo y el embajador en Brasil, Carlos Magariños.
Por el lado de Brasil, Bolsonaro sumó una decena de colaboradores, entre ellos, su canciller Ernesto Araújo y el ministro de Justicia, Sergio Moro, el ex juez clave en el proceso judicial contra el expresidente Inacio Lula Da Silva.
Macri remarcó que esa sociedad queda plasmada en la "interconexión de nuestras economías, que hace que cuando a uno le va bien lo ayuda al otro y necesitamos que a los dos nos vaya bien". Destacó también que para la Argentina, Brasil es el "principal socio comercial" y el segundo destino de los productos industriales.
Resaltó además las coincidencias con el mandatario brasileño respecto a la "cuestión Venezuela". "Compartimos la preocupación por los venezolanos y reafirmamos nuestra condena a la dictadura de Nicolás Maduro", dijo.
El presidente argentino remarcó el objetivo común de “combatir al narcotráfico, el crimen organizado y el lavado de activos”, a la par de impulsar “una agenda que incluya la transparencia y la lucha contra la corrupción”. Un paso concreto entre ambos gobiernos fue la firma de un nuevo tratado para agilizar las extradiciones.
Un comunicado de la Casa Rosada destacó que el diálogo entre ambos presidentes abordó la "necesidad de modernizar el Mercosur y de avanzar hacia un espacio de integración que se adapte a los desafíos del siglo XXI y que aproveche las oportunidades que el mundo ofrece".
"Equivocadamente creímos algunas décadas atrás, que cerrándonos protegíamos el crecimiento. Y nos hemos dado cuenta de que eso no funcionó. Pasó todo lo contrario, nuestros países se retrasaron frente a otros de la región; y ni qué hablar de otras regiones del mundo", reconoció Macri.
Fuentes de la cancillería argentina afirmaron que se acordó “agilizar las negociaciones externas en curso”, en relación a las iniciativas pendientes del Mercosur.
Los mandatarios admitieron una realidad: aceptar que cada gobierno encare negociaciones por fuera del bloque comercial. Bolsonaro, durante su campaña presidencial, insistió con perseguir este objetivo, al punto de echar sombras sobre la continuidad del Mercosur. Todo indica que cada socio tendrá libertad para buscar nuevos rumbos comerciales, sin previas consultas en el Mercosur.
“No hay tabúes en la relación bilateral. Lo que nos mueve es la búsqueda de los resultados concretos que sean buenos para el desarrollo de nuestros países y para el bienestar de los brasileños y de los argentinos”, afirmó Bolsonaro. La “modernización” del Mercosur supone avanzar sobre el impedimento que hoy rige a sus Estados miembros para negociar por las suyas acuerdos de libre comercio. Bolsonaro y Macri coincidieron en revisar ese impedimento.
“Con relación al Mercosur, los Presidentes decidieron trabajar durante sus consecutivas presidencias pro tempore, en 2019, para rever la tarifa externa común, mejorar el acceso a mercados y avanzar en facilitación de comercio y convergencia regulatoria. En el plano externo, acordaron impulsar las negociaciones más promisorias ya en curso y evaluar el inicio de nuevas negociaciones con otros socios”, comunicó la cancillería argentina.
La flexibilización de las condiciones para el comercio internacional de cada país por fuera del Mercosur abre interrogantes para la Argentina, ante la posibilidad de que Brasil termine sustituyendo importaciones que actualmente salen del puerto de Buenos Aires.
Esto, por ejemplo, impactaría en la industria automotriz argentina si Brasil obtiene acuerdos de precios más beneficiosos con otros países fabricantes de vehículos, como México.
Si bien la Argentina ha logrado diversificar lentamente en los últimos 15 años sus mercados de colocación de vehículos, Brasil sigue comprándole el 69% del total, según datos de 2018 brindados por la Asociación de Fábricas de Automotores.