La economía argentina se encamina a transitar los últimos ocho días hábiles de un año para el olvido, con un incipiente nerviosismo en el mercado financiero por una ley que el Gobierno está a punto de reglamentar.
Ese nerviosismo es el que le inyectó volatilidad al mercado cambiario en la semana, en la que finalmente el dólar subió 1,9%, hasta 39,03 pesos, a pesar de que la oferta de divisas se mostró dinámica y cubrió con margen la demanda.
La ley 27.430, sancionada en diciembre de 2017 en el marco de la Reforma Tributaria y el Consenso Fiscal con las provincia, dispuso gravar con Ganancias a las rentas de fuente argentina obtenidas por personas humanas y por sucesiones indivisas residentes en el país.
El impuesto afectará a las ganancias de distintas alternativas de inversión financiera: colocaciones en bancos, títulos públicos, obligaciones negociables (ON), fondos comunes de inversión (FCI), bonos y otros valores.
Martín Vauthier, economista director del estudio EcoGo, explicó que por ejemplo quien hizo un plazo fijo de $220.000 en dic del año pasado y fue renovando todos los meses (a la tasa promedio del año, en torno a 31%) va a tener que pagar el impuesto.
"Lo va a tener que pagar a pesar de haber sido licuado por la devaluación y la inflación", dijo el economista, al rechazar esta iniciativa fruto de una negociación del Gobierno nacional con el Frente Renovador que conduce Sergio Massa.
De acuerdo con el borrador que el Gobierno mostró a banqueros, los bonos públicos, plazos fijos, FCI, ON y Letes estarán alcanzados por el 5% si son en pesos y por el 15% si son en dólares o indexados por UVA o CER a partir de ganancias superiores a $67.000.
En el mercado financiero le piden abiertamente a Macri que no reglamente la ley y la vete. Aseguran que de lo contrario podría haber una nueva salida de capitales y caída en los precios de los bonos, con riesgos de una nueva corrida cambiaria.
César Litvin, CEO en Estudio Lisicki, Litvin & Asociados, no tiene dudas que la cotización de los bonos argentinos pegarían un salto positivo si Macri derogara el tributo. "Este impuesto traerá resultados nefastos para la economía, escasa recaudación y sobradas dificultades para liquidarlo y fiscalizarlo. ¿A quién se le ocurrió?", expresó.
El analista financiero Christian Buteler consideró que si bien las metas monetaria y fiscal se están cumpliendo, la confianza en el Gobierno no termina de reestablecerse y eso explica que el riesgo país haya cerrado ayer en 762 puntos básicos, muy cerca del máximo en cuatro años.
Esto se inscribe además en el creciente nerviosismo del sector bursátil por el futuro político de la Argentina. En el 2019 hay elecciones generales y los datos de pobreza e inflación no ayudan en nada a Macri para asegurar su reelección.
Según pudo saber este diario de operadores financieros, altos funcionarios del Gobierno mantuvieron esta semana reuniones secretas con banqueros y traders de la city porteña para recoger las inquietudes. Y no descartaban que Macri no firme la reglamentación.
La letra chica de cómo se aplicará la normativa ya está terminada. Fue elaborada por Andrés Edelstein, quien renunció imprevistamente a su cargo de subsecretario de Ingresos Públicos el martes pasado.
Los operadores aseguran que la ley va a contramano del desarrollo del mercado de capitales que el Gobierno dice querer potenciar. Aseguran que se reducirá de forma contundente la inversión y el financiamiento que ya es escaso.
En Estados Unidos, Europa, Chile y Brasil existe el impuesto. Pero la diferencia, explican los operadores, es que estos avanzaron con el tribuno después de que sus mercados de capitales ya habían sido desarrollados, en el marco de macroeconomías estables. No es el caso de la Argentina.
Mientras esto se dirime entre la Casa Rosada y el ministerio de Hacienda, el Banco Central continúa implementando su política monetaria. A lo largo de la última semana la tasa de referencia de política monetaria se mantuvo dentro del rango de 59% y ayer se ubicó en 59,16%. En la subasta adjudicó un monto de $125.132 millones.