Durante la tarde del martes el colectivo Actrices Argentinas se unió para hacer pública una denuncia por violación que Thelma Fardín presentó contra Juan Darthés en Nicaragua (donde ocurrió el hecho). Sin embargo, esta no es la primera acusación de esta índole que pesa sobre el actor, tres actrices ya lo habían acusado previamente de acoso.
La primera en dar su testimonio fue Calu Rivero, que había trabajado con él en 2012 en Dulce Amor. La actriz abandonó abruptamente su rol protagónico y los rumores daban cuenta de un posible acoso por parte de Darthés, pero después no se habló más sobre el tema. En ese momento, la actriz se fue a vivir un tiempo a los Estados Unidos y se llamó al silencio.
Recién a fines de diciembre de 2017, en una entrevista con el ciclo Agarrate Catalina, Calu aseguró que sabía bien lo que era el acoso porque lo había vivido "en carne propia". Fue allí cuando el nombre de Darthés volvió a rondar y ella terminó por contar su experiencia con el actor.
"Después de cinco años, tomé coraje y hablé. Estoy aliviada y orgullosa de haberlo hecho, de sacarme este malestar", escribió Calu en una carta abierta. La actriz contó que decidió callar en ese momento porque "el mundo no estaba preparado" y temía que la condenen a ella. A su vez, contó que después de sus declaraciones había recibido una citación para una audiencia de mediación con el actor, quien luego le inició una causa por "Daños y perjuicios". Y concluyó diciendo la frase #Noesno, que luego fue tomada como bandera contra el abuso.
Sobre su experiencia con Darthés, Calu contó que el actor se propasaba con ella en las escenas de besos y sexo que tenían que grabar juntos. Y que, pese sus pedidos, no había modificado su actitud, obligándola a renunciar a la tira.
La palabra de Calu hizo que dos actrices más, que habían vivido experiencias similares se animaran a hablar.
La primera fue Ana Coacci, que trabajó junto a Darthés en Gasoleros, durante el año 1998. Ella decidió publicar una carta en su cuenta de Facebook para contar el episodio que le tocó vivir con él.
"En un parate de la grabación estaba charlando en un camarín con JD, a quien conocía desde adolescente y le contaba que cuando era chica y mi viejo dirigía una comedia en la que él cantaba, yo escuchaba siempre que iba una canción que me encantaba como la cantaba. Momento en el que el señor se desliza con la silla que tenía rueditas y se me tira encima, se para y me tira contra la pared, me besa, me mete la lengua, me agarra la mano y me hace tocarle su sexo, mientras me dice 'Mirá como me ponés'. Yo congelada y sin poder reaccionar. En segundos entró una de las chicas de vestuario y él se separó inmediatamente y yo me fui. Los días siguientes de grabación me persiguió. Terminé de grabar y no volví a verlo. Supe que mientras esto pasó su mujer estaba embarazada y eso me sumó más asco", contó Anita, quien dado el tiempo transcurrido y la dificultad para probar el hecho tampoco pudo realizar una presentación judicial.
Al mismo tiempo, Natalia Juncos, quien compartió escenas on Darthés en Se dice amor, en 2005, contó un episodio similar. "Yo tenía puesto un vestido corto, debajo de la cola, muy sexy. Antes de filmar, me tocó con el dedo índice y me lo pasó desde la nuca, hasta donde comienza el fémur y me dice 'y cómo me calentás', me doy vuelta y me dice 'mirá cómo me ponés' y me muestra la erección que tuvo. Me quedé estupefacta", había contado la actriz cordobesa, quien tampoco hizo la denuncia por miedo "al qué dirán".
Al menos en tres de las denuncias se repite el mismo modo de actuar y la frase "Mirá cómo me ponés", como si la erección fuera culpa de la mujer. El caso de Anita ocurrió 11 años antes que el de Thelma y las experiencias de ambas fueron muy similares, lo que deja en evidencia la importancia de hacer la denuncia para evitar estos hechos se repitan.