Julián Álvarez, el juvenil que acaba de ganar la Copa Libertadores, tiene un pasado curioso. A sus 11 años, el delantero se probó en el equipo de Núñez y en Boca, y llamó la atención del Barcelona y Real Madrid.
El conjunto merengue fue el que lo sedujo para que juegue allí, pese al intento del padre de Lionel Messi, Jorge, en convencerlo para jugar en el Culé. Es que la familia de Álvarez ya le habían dado su palabra al Real Madrid.
Debido a la política del equipo español de no fichar jugadores menores de 13 años, sumado a que extrañaba a la Argentina, el pibe de 18 años regresó al país con 16 para sumarse a la filial millonaria.
Este año Álvarez viajó a Rusia para ser sparring de la Selección y llamó la atención de Marcelo Gallardo quien lo terminó incorporando al plantel de Primera para jugar la Copa Libertadores y la Superliga.
Tras disfrutar de sus primeros minutos en un amistoso ante Talleres, tuvo su estreno oficial en el partido por la fecha 10 de la Superliga contra Aldosivi. Y ahora, salió campeón de la Libertadores ante Boca.