Después de posponerse en el día de ayer tras los incidentes que terminaron con integrantes del plantel de Boca heridos, la final de la Copa Libertadores aún está en vilo. Los jugadores de Boca, tras lo ocurrido, no quieren jugar, así que el club pidió "condiciones razonables de juego" para el partido, pero no las ven por el momento, según explicaron a los medios.
Un responsable del club explicó que "están evaluando en qué condiciones van a jugar", y los dirigentes se reunieron a la madrugada para definir una estrategia de cara a la Conmebol, que quiere que la final se dispute sí o sí.
Daniel Angelici, (presidente de Boca), Rodolfo D'Onofrio (titular de River), y Alejandro Domínguez, (jefe de la Conmebol) habrían hecho un pacto por el cual la final se jugará. Pero serían los jugadores de Boca quienes nada quieren saber con presentarse: uno de ellos se preguntó, entrevistado por el diario La Nación, "¿Quién nos da garantías de que mañana salgamos con vida de esa cancha?".
Ante la dramática situación, Angelici buscaría convencerlos con la promesa de que, si Boca perdiera la final, reclamaría los puntos a la Conmebol; pero ese no es el espíritu del club, y tampoco es eso lo que preocupa a los jugadores, sino su propia seguridad, después de que el micro en el que viajaban terminara destrozado por piedras y muchos de ellos con heridas, por ejemplo Pablo Pérez, que terminó con una úlcera en el ojo.
Otra posibilidad es que el partido se juegue sin público, pero el presidente de River fue tajante en ese sentido: "se juega a las 17 y con gente", afirmó D'Onofrio.