Este sábado el Monumental debía ser una fiesta para recibir la Superfinal de la Copa Libertadores entre River y Boca. Pero poco a poco las inmediaciones del estadio se fueron convirtiendo en escenario de peleas, forcejeos y robos, con el ataque a los jugadores xeneizes como punto de ebullición.
Un grupo de hinchas millonarios apedrearon el micro de Boca Juniors y les arrojaron gases lacrimógenos que afectaron seriamente la salud del plantel. Carlos Tévez fue el que más sufrió los efectos de los gases, y varios de ellos terminaron con vómitos.
Además, los vidrios lastimaron a otros futbolistas, como Pablo Pérez, que tendría comprometido uno de sus ojos. Mientras tanto, la seguridad cerró los accesos al Monumental, y muchos hinchas que tenían sus entradas se quedaron afuera.
Ante esta situación, los jugadores de Boca fueron revisados por los médicos de Conmebol a pedido del club xeneize. La organización deberá tomar una decisión, pero a menos de una hora del inicio, las versiones indican que el partido podría suspenderse.