Dante Sica abandonó en dos oportunidades la reunión con la cúpula de la CGT y con los representantes de las principales cámaras empresariales para comunicarse telefónicamente con Nicolás Dujovne. Buscó así sondear la viabilidad de las promesas que planteó sobre la mesa de negociaciones para tratar de evitar el quinto paro general contra el gobierno de Mauricio Macri.
Fue una extensa reunión que terminó con dos compromisos puntuales del Gobierno nacional: el pago de un bono por $5.000 y la puesta en marcha de un mecanismo tendiente a contener los despidos. En la central obrera tomaron nota, pero no celebraron.
"Lo primero que tenemos que ver es la letra chica de lo que tiene que elaborar el Gobierno. Cuando nos entreguen la letra chica de lo que se conversó, ahí continuamos conversando", aclaró Carlos Acuña, integrante del binomio que conduce la Confederación General del Trabajo.
En conversación con este diario, el titular de la Cámara de la Construcción, Gustavo Weiss, reveló que hubo acercamientos entre la parte sindical y la empresarial respecto al impacto que genera el desplome del poder adquisitivo.
“Se habló de que se tienen que evitar los despidos, sabemos por historias anteriores de que no va a haber ninguna ley antidespidos, pero se habló de hacer el máximo esfuerzo para que no haya y que, en el caso de que fuera necesario hacerlos, podría haber un sistema preventivo para analizar evitarlos”, agregó el dirigente empresarial.
Los jefes gremiales celebraron que predisposición del Gobierno para escuchar y sentarse a conversar, pero activaron la cuenta regresiva para que los compromisos que se manifestaron en la reunión se plasmen en un decreto. Remarcaron que todo debe resolverse antes del jueves, cuando volverá a reunirse el Consejo Directivo de la CGT para tratar de definir la fecha de la próxima medida de fuerza.
"Esperemos que mañana tengamos el texto del decreto para el jueves poder evaluarlo en la CGT", presionó Daer al término del cónclave que mantuvieron con el ministro Sica, con el secretario de Trabajo, Jorge Triaca, y con los representantes de la Unión Industrial Argentina, de la Cámara Argentina de Comercio, de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa y de la Cámara Argentina de la Construcción.
Las promesas oficiales
El Gobierno nacional accedió ante los jefes sindicales a entregar un bono extraordinario por $5.000, que se pagaría en dos tramos (2.500 en noviembre y la otra mitad en enero). El adicional alcanzaría a todos los trabajadores, tanto a los del sector privado como a los del público.
“Queremos un decreto que sea universal, primero y principal, y que sea imperativo”, subrayó Daer.
El otro punto que se gestionó es la puesta en marcha de un mecanismo que permita poner a consideración de las autoridades de Trabajo y de los propios gremios los casos de despidos injustificados. Este procedimiento se extendería, por lo menos, hasta marzo.
“Para decirlo en castellano, que si algún empresario quiere despedir a algún trabajador, deben realizar un paso previo por la Secretaria o el Ministerio de Trabajo y ahí se discutirá con el sindicato y con el Estado para ver si se pueden resolver las cuestiones que llevaron al despido”, explicó el secretario general del gremio de Sanidad.
El tercer punto que reclamó la CGT se refiere a una asistencia para los jubilados. Y aunque no hubo muchos avances al respecto porque el ministro Sica planteó que esa discusión excedía la temática del encuentro, los referentes gremiales indicaron que puntualmente se solicitó al Gobierno nacional que se adelanten las próximas actualizaciones de esos haberes previstas por ley.
