El esquema para acumular dinero implementado por Néstor Kirchner continuó luego de su muerte, de la mano de su viuda Cristina Fernández. "José, ¿vas a ser parte del problema o de la solución", le preguntó en aquel momento la hoy senadora al ex secretario de Obras Públicas, José López
El ex funcionario le respondió que sería parte de la "solución", lo que significaba que continuaría pidiendo sobornos. "Entonces le conté cómo era todo", declaró López ante el fiscal Carlos Stornelli y su colega Carlos Rívolo, según asegura Clarín.
López, quien está preso y bajo custodia del programa de protección de testigos, es uno de los veinte "imputados arrepentidos" que Stornelli logró hacer "hablar". Su declaración será el nudo central que usará el juez Claudio Bonadio para procesar a Cristina. El magistrado pediría también su prisión preventiva.
Además de escribir los cuadernos, el chofer Oscar Centeno hizo filmaciones y tomó fotos de momentos de lo que él llamó "la distribución de los bolsos con dinero". Entre ellas, hay imágenes tomadas dentro de la Quinta de Olivos.
En un expediente de más de 38 cuerpos, Bonadio acusa a Cristina de haber liderado una "organización criminal" que usó medios del "Estado Nacional" para acumular sumas de dinero ilegítimas, por parte de diversos particulares, muchos de ellos, "empresarios contratistas de la obra pública…".
El organizador de esa asociación ilícita -según el magistrado- fue el ex ministro de Planificación Federal, Julio De Vido. El mismo rol le sería asignado al secretario de coordinación de ese organismo, Roberto Baratta, quien juntaba los bolsos con dinero.
Las escuchas telefónicas que ordenó realizar Bonadio incluyen a las comunicaciones que tuvieron antes del 1 de agosto algunos de los indagados. Entre los escuchados se encuentran Baratta; Centeno; su ex mujer, Hilda Horowtiz; Walter Gayas, ex presidente del ente público Enarsa; y el ex secretario de Baratta, Nelson Lazarte.
Según pudo saber Clarín, en las conversaciones que mantuvo Baratta en el período que salió en libertad tras estar preso por la causa por sobreprecios en la compra de gas licuado, se comprueba que el vínculo laboral con Centeno se extendió hasta el día en que ambos cayeron presos.
En esas escuchas también se detectó que la ex esposa de Centeno, Horovitz, le enviaba a Baratta fotos de los bolsos que alguna vez había transportado su esposo con dinero. Serían mensajes de presión para conseguir alguna ayuda económica de parte del ex funcionario.
Hay más confesiones de hombres de negocios y ex funcionarios que tomó Stornelli, y que homologó Bonadio, que alimentan aun más el expediente. Varios de estos "arrepentidos" coincidieron en que De Vido o sus funcionarios les pidieron en algún momento no sólo plata, sino también acciones de sus compañías para que puedan así seguir ganando contratos con el Estado.
Entre los ex funcionarios K que más complicaron a su ex jefa Cristina se encuentra también el ex titular del Organismo de Control de las Concesiones Viales (OCCOVI), Claudio Uberti, que confesó cómo y por qué los Kirchner le ordenaban recaudar cientos de miles de dólares de modo ilegal.
Hay pruebas que se encontraron en los allanamientos a las casas de la ex Presidenta que también serán usados por el juez para determinar la situación procesal de la principal imputada.
Bonadio también ordenó cruces de llamados de los protagonistas de la causa de la época en que el remisero escribió dónde cobraban sobornos y quién les pagaba. Las geolocacalizaciones de sus celulares coincidían con las anotaciones.
También se revisaron los registros de entrada y salida de la Quinta de Olivos durante toda la era K. Baratta es uno de los pocos personajes que visitó la residencia de los presidentes desde 2003 hasta el 2015. Solo comparte ese privilegio con De Vido, algo que tendrá en cuenta Bonadio para dictar el procesamiento a Cristina.