El huracán Florence llegó a Estados Unidos y lo hizo en la playa de Wrightswille en Carolina del Norte.
Sus vientos alcanzan los 150 kilómetros por hora y el Centro Nacional de Huracanes (NHC) dijo que ya dejó inundaciones "catastróficas" en ambas Carolinas, pese a haber pasado a ser un ciclón de categoría 2.
Teniendo en cuenta que Florence llegó a tener vientos de 220 kilómetros por hora, es afortunado que este huracán haya bajado dos categorías en la escala Saffir-Simpson en las últimas 48 horas.
Ahora, el mayor peligro no son tanto los vientos sino las inundaciones, tanto de agua dulce como salada, que se producen por la combinación de la subida de la marea y la marejada ciclónica.
De hecho, ya son varias las ciudades costeras que están inundadas, aunque lo peor llegará cerca del mediodía, cuando la marea llegue a su máximo y el ojo del huracán se encuentre sobre la costa.
Alrededor de 150 mil usuarios se encuentran sin suministro eléctrico y, según la compañía eléctrica Duke, podrían producirse hasta tres millones de cortes más.
En la ciudad de New Bern, en la costa Carolina del Norte, las autoridades ya tuvieron que rescatar con botes a unas 150 personas que estaban el peligro por la marejada ciclónica.