"Estoy HARTA de no poder elegir que ponerme. Es frustrante. Quiero vestirme como se me antoja y no como puedo", escribió Brenda Mato en Facebook y miles de mujeres se sumaron al reclamo: exigir por la ley nacional de talles.
Brenda tiene 26 años, es modelo, actriz y activista del cuerpo, y contó el drama que vivió luego de recorrer locales y no haber encontrado prendas de su talla.
"Con 26 años me niego rotundamente a vestirme con una túnica floreada de seda fría. No soy una señora", aseguró.
El descargo completo:
Hoy tuve la malísima idea de acercarme al Shopping Alto Avellaneda para intentar aprovechar las rebajas.
Digo malísima porque no solo perdí mi tiempo, sino también que mi ánimo.
Estoy harta, enojada, llena de impotencia y súper triste. Hace años vengo tratando de hacer críticas positivas sobre todos los temas a los que critico pero hoy se me hizo imposible. Visité casi todos los locales del shopping. Complot, Ver, Yagmour, Portsaid, Muaa, 47 street, Falabella y seguro alguno más pero no recuerdo. En ninguno encontré nada de mi talle.
Al primero que fui de cabeza fue a Ver, donde suelo comprarme jeans y algunas otras prendas… Solo encontré prendas XS y S. En todo. Les juro no les miento. Y mi nivel de ira rebalsó cuando una de las remeras hablaba de "mujeres reales". QUE FRASE DE MIERDA. Me encantaría saber qué es lo que considera esta gente real, si no somos todas las mujeres, porque es incomprensible.
De ahí me fui a Yagmour, solo me probé algunas cosas y la moldería era terrible. De torso me quedaba divino… Pero los brazos! Matambres. Las sizas eran diminutas, inconcebibles para un talle 50.
En Falabella, Muaa y 47 street como entré, salí. Los talles van en negativo más o menos. Las prendas las tenes que ver con microscopio.
Estoy HARTA de no poder elegir que ponerme. Es frustrante. Hace años que me visto con las mismas 4 o 5 marcas y me lleno de amor cada vez que una diseñadora independiente me escribe para contratarme porque le da importancia a todos los cuerpos. Quiero poder elegir. Quiero vestirme como se me antoja y no como puedo.
Con 26 años me niego rotundamente a vestirme con una túnica floreada de seda fría. No soy una señora.
Quiero ponerme una camisa que no parezca que van a salir volando los botones. Quiero ponerme un pantalón que tenga onda. Quiero remeras con estampados modernos. Quiero un vestido de fiesta bonito. QUIERO ROPA QUE ME AYUDE A LUCIR MIS CURVAS Y NO QUE LAS OCULTE.
Hoy no tengo nada que ponerme porque la gran mayoría de diseñadorxs y empresarios no piensan en cuerpos fuera del estándar.
¡LEY DE TALLES NACIONAL YA!