Nahir Galarza, de 19 años, fue condenada a prisión perpetua por el crimen de Fernando Pastorizzo y recibió la pena máxima que existe en la Argentina. De esta manera, pasó a ser la mujer más joven en recibir esa condena en el país.
Según el Código Penal, Nahir recién podría salir en libertad condicional a los 54 años, es decir, una vez cumplidos los 35 años de condena.
Entre los jóvenes que quedaron en la historia criminal argentina, hay tres que son muy recordados. El Petiso Orejudo es uno de los primeros asesinos seriales que se conoció en el país y tenía 15 años cuando lograron detenerlo.
Por su parte, Juniors fue el autor de una masacre escolar en Carmen de Patagones donde con también apenas 15 años mató a tres compañeros de clase e hirió a otros cinco. Otro caso emblemático fue el de Carlos Robledo Puch, quien fue detenido a los 20 años y lo condenaron a prisión perpetua y aún continúa detenido desde 1972.