Una periodista española sufrió acoso sexual en plena nota desde Rusia 2018

María Gómez fue víctima de un fanático de la "Furia Roja" que le dio un beso mientras hablaba a cámara. Repudio total. 

María Gómez, la periodista española que sufrió acoso sexual durante una nota desde el Mundial Rusia 2018.
María Gómez, la periodista española que sufrió acoso sexual durante una nota desde el Mundial Rusia 2018.

Un nuevo caso de acoso sexual opacó el Mundial Rusia 2018 y escandalizó a toda España.

La víctima en esta última oportunidad es la periodista María Gómez, quien mientras realizaba un móvil desde la cita mundialista recibió un beso de un fanático sin su permiso. 

"Quería aparcar un poco este tema, pero he decidido publicar el vídeo para que esos que dicen que exageramos y que esto son sólo bromas me expliquen dónde está aquí el chiste, por favor", escribió Gómez en su cuenta de Twitter.

La lamentable situación en cuestión sucedió cuando Gómez se encontraba sobre una de las calles principales de Moscú, haciendo un repaso de lo que sería el partido de España ante Rusia por octavos de final.

En ese momento, un hombre se abalanzó sobre ella, la besó en la mejilla sin reparo alguno y escapó de la escena. Ante la sorpresa que generó el individuo, el camarógrafo intentó seguir su carrera con la cámara.

"Esto se tiene que acabar. No se pueden creer que nos pueden acosar. ¡Basta ya! Basta ya de este tipo de situaciones, basta ya de este tipo de hombres (…)", repudió Gómez en el canal "Be Mad" días antes de lo sucedido.

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Por cerrar el tema y por todos los que os habéis preocupado por mí y mis compañeras. . Denuncié una situación real que sucede en el periodismo deportivo: algunas reporteras nos enfrentamos a situaciones incómodas, irrespetuosas, complicadas para trabajar, llegando en algunos casos al acoso. Y ha sucedido en mundial. . Yo misma haciendo un directo viví cómo un hombre apareció de la nada, se me abalanzó e intentó besarme. . Hay quien dice que exageramos, que es broma, que no es para tanto o lo fácil: feminazi. Pero no. ¡NO! Nadie puede tocarnos, besarnos, sobarnos, ni nada parecido sin nuestro consentimiento. Seamos mujeres u hombres. No hay nada de gracioso en eso. Hay compañeras que han sido manoseadas. Eso no es tolerable, no es negociable; aquí no hay debate. . Y porque tiene que dejar de suceder, debemos denunciarlo. Todas las veces que sea necesario, cada caso, por pequeño que sea. . Lo he dicho y lo repito: no somos muñecas, floreros, objetos,ni trozos de carne esperando besos que no pedimos. Somos profesionales haciendo nuestro trabajo y lo único que exigimos es respeto. . Y no estaría mal, de paso, dejar de cuestionar nuestra valía para cubrir información deportiva basándose en el físico. Hoy me han dicho cosas como “estás ahí por guapa, ahora no llores”. Basta ya de este tipo de comentarios hacia las mujeres. . Por supuesto, exigimos el mismo respeto para los reporteros. Si denuncio los casos con reporteras es porque, desgraciadamente, son más comunes. . Por otro lado, quiero recalcar que, desde mi punto de vista, estas actitudes no representan al conjunto de los hombres. Son sólo los descerebrados los que creen que pueden comportarse así. Espero que con nuestras denuncias recuperen la neurona. . Es cierto que algunos aficionados a veces suman euforia y alcohol y pierden el control. También les pedimos respeto cuando estamos trabajando en la calle y estadios. . Por último, dejar claro que en el mundial no trabajamos con miedo, esto son excepciones. La experiencia está siendo espectacular, a nivel personal y profesional y voy a seguir exprimiéndola. . Gracias por tanto apoyo, mensaje bonito y empatía de hombres y mujeres. Juntos es como debemos luchar💪

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La argentina Agostina Larocca, Julieth González Therán (Colombia), Malin Wahlberg (Suecia), Laura Zago y Julia Guimarães (Brasil), fueron otras de las reporteras que sufrieron casos de acoso durante la XXI Copa del Mundo.

El descargo de María Gómez en Instagram

Por cerrar el tema y por todos los que os habéis preocupado por mí y mis compañeras.

Denuncié una situación real que sucede en el periodismo deportivo: algunas reporteras nos enfrentamos a situaciones incómodas, irrespetuosas, complicadas para trabajar, llegando en algunos casos al acoso. Y ha sucedido en mundial.

Yo misma haciendo un directo viví cómo un hombre apareció de la nada, se me abalanzó e intentó besarme.

Hay quien dice que exageramos, que es broma, que no es para tanto o lo fácil: feminazi. Pero no. ¡NO! Nadie puede tocarnos, besarnos, sobarnos, ni nada parecido sin nuestro consentimiento. Seamos mujeres u hombres. No hay nada de gracioso en eso. Hay compañeras que han sido manoseadas. Eso no es tolerable, no es negociable; aquí no hay debate.

Y porque tiene que dejar de suceder, debemos denunciarlo. Todas las veces que sea necesario, cada caso, por pequeño que sea.

Lo he dicho y lo repito: no somos muñecas, floreros, objetos,ni trozos de carne esperando besos que no pedimos. Somos profesionales haciendo nuestro trabajo y lo único que exigimos es respeto.

Y no estaría mal, de paso, dejar de cuestionar nuestra valía para cubrir información deportiva basándose en el físico. Hoy me han dicho cosas como "estás ahí por guapa, ahora no llores". Basta ya de este tipo de comentarios hacia las mujeres.

Por supuesto, exigimos el mismo respeto para los reporteros. Si denuncio los casos con reporteras es porque, desgraciadamente, son más comunes.

Por otro lado, quiero recalcar que, desde mi punto de vista, estas actitudes no representan al conjunto de los hombres. Son sólo los descerebrados los que creen que pueden comportarse así. Espero que con nuestras denuncias recuperen la neurona.

Es cierto que algunos aficionados a veces suman euforia y alcohol y pierden el control. También les pedimos respeto cuando estamos trabajando en la calle y estadios.

Por último, dejar claro que en el mundial no trabajamos con miedo, esto son excepciones. La experiencia está siendo espectacular, a nivel personal y profesional y voy a seguir exprimiéndola.

Gracias por tanto apoyo, mensaje bonito y empatía de hombres y mujeres. Juntos es como debemos luchar.