La explosión feminista que se dio en Argentina, a la vez que en muchísimos otros países del mundo, inundó también el lenguaje cotidiano e introdujo nuevos conceptos, antes muy poco usados, en las charlas de todos los días.
Palabras como micromachismo, misandria, machirulo, paternar y expresiones como "todes" son algunos de los ejemplos de este glosario feminista que ya está en boca de todos.
Si bien la Real Academia Española (RAE) ya fijó su posición, y algunos de estos términos resultan no correctos, eso no ha detenido a los cientos de miles de personas que cada vez los usan con más frecuencia.
"Deberíamos interpretar toda la terminología feminista como una búsqueda de representatividad en el lenguaje, que sigue siendo uno de los bastiones en el que lo masculino tiene preeminencia por sobre lo femenino", dijo el filósofo Santiago Kovadloff a La Nación.