El juicio oral a Nahir Galarza por el crimen de Fernando Pastorizzo continuó este martes en la ciudad entrerriana de Gualeguaychú con el alegato de la defensa, que solicitó que se condene a la acusada a una pena menor por el delito de homicidio y que se tengan en cuenta los supuestos episodios de violencia de género que padecía por parte de la víctima.
La jornada comenzó aproximadamente a las 10 en los tribunales locales, donde el defensor José Ostolaza expuso ante los jueces Mauricio Derudi, Arturo Dumón y Alicia Vivian, a cargo de debate oral.
Está previsto que el juicio oral pase a un cuarto intermedio hasta el martes de la semana que viene, cuando los jueces darán a conocer su veredicto.
En la jornada de este lunes, los fiscales Sergio Rondoni Caffa y Lisandro Beherán solicitaron en su alegato que se condene a Galarza a la pena de prisión perpetua por el delito de "homicidio doblemente agravado por el vínculo por la utilización de un arma de fuego".
En tanto, los abogados Rubén Virué, Sebastián Arrechea y Juan Carlos Peragallo -que representan a los padres de Pastorizzo, Silvia Mantegazza y Gustavo Pastorizzo-, coincidieron con los fiscales y solicitaron la misma pena, pero le agregaron el agravante de la "alevosía".
También, durante esa audiencia, declaró la acusada durante casi dos horas y reiteró lo que ya había señalado en su última indagatoria que realizó durante la instrucción de la causa: que se trató de un accidente, que no eran novios con Fernando y que era víctima de violencia de género.
En su declaración, Nahir hizo referencia a la relación que tenia con Pastorizzo: "No éramos novios, nunca fuimos. No conozco a sus papás ni salgo con sus amigos. Sólo nos veíamos de madrugada para tener sexo".
Además, afirmó en la última jornada del juicio en su contra que “Fernando se drogaba“. Y fue más allá: “Siempre terminaba lastimada y ni siquiera le daba importancia. Cuando se enojaba conmigo tiraba todo, gritaba mucho, no le importaba nada. Lo bloqueaba y él empezaba a llamarme. Llegaba la noche y tenía 100 llamadas perdidas. Se aparecía en casa o llamaba al fijo. Me pedía perdón. Me decía que yo tenía la culpa de que me hablara así, decía que no lo iba a hacer más. Lloraba y yo me sentía culpable. Me daba lástima, entonces seguíamos hablando“.
Sobre el episodio del 29 de diciembre del año pasado, Nahir dijo ante el tribunal que la juzga: "Cuando llegamos a la calle de mi abuela dobló rápido y se empezó a reír. En un momento pierde el equilibrio y cuando agarró la moto con las dos manos le saqué el arma, no tengo idea cómo la agarré, y en el momento que se la saqué frenó la moto; me quedé aturdida y caímos los dos para el costado. Fue todo rápido. Se me puso la mente en blanco, me sentía nerviosa y aturdida, no sabía qué hacer. Nunca me imaginé pasar una situación así. Se me había apagado la mente. Me fui a mi casa y estaba todo igual, todos estaban durmiendo. Me quedé esperando. Ni siquiera se me cruzó por la cabeza que se iba a morir. Me enteré cuando me llamó la mamá de Fernando. Ahí se me paró el corazón. Yo soy la única que estuve y puedo asegurar que todo fue muy rápido y se trató de un accidente".