La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) expresó que le "duele como argentinos" la media sanción que la Cámara de Diputados le dio este jueves al proyecto de legalización del aborto, y señaló que el Senado "puede ser el lugar donde se elaboren proyectos alternativos" en un marco de "diálogo sereno y reflexivo".
"La Cámara de Diputados de la Nación ha aprobado el proyecto de despenalización del aborto. Nos duele como argentinos esta decisión. Pero el dolor por el olvido y la exclusión de los inocentes debe transformarse en fuerza y esperanza, para seguir luchando por la dignidad de toda vida humana", indicó la CEA en un comunicado difundido este mediodía.
La declaración fue firmada por la comisión ejecutiva de la CEA, que preside el obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, y la Comisión Episcopal de Laicos y Familia.
"Seguimos sosteniendo la necesidad que en el debate legislativo que continúa, pueda haber diálogo. La situación de las mujeres frente a un embarazo no esperado, la exposición a la pobreza, a la marginalidad social y la violencia de género, siguen sin tener respuesta. Simplemente se ha sumado otro trauma, el aborto. Seguimos llegando tarde", consideraron los obispos.
En ese marco, la CEA indicó que existe "la oportunidad de buscar soluciones nuevas y creativas para que ninguna mujer tenga que acudir a un aborto" y sostuvo que la Cámara de Senadores -a donde el proyecto ya fue girado hoy- "puede ser el lugar donde se elaboren proyectos alternativos que puedan responder a las situaciones conflictivas, reconociendo el valor de toda vida y el valor de la conciencia".
Para los obispos, "es necesario un diálogo sereno y reflexivo para responder a estas situaciones", ya que "vivir el debate como una batalla ideológica nos aleja de la vida de las personas concretas" y advirtieron que "si sólo buscamos imponer la propia idea o interés y acallar otras voces, seguimos reproduciendo violencia en el tejido de nuestra sociedad".
A modo de autocrítica, la CEA admitió "debilidades" en su tarea pastoral y mencionó entre ellas "la educación sexual integral en nuestras instituciones educativas, el reconocimiento más pleno de la común dignidad de la mujer y el varón, y el acompañamiento a las mujeres que se ven expuestas al aborto o que han sido atravesadas por dicho trauma".