El anteproyecto de reforma del nuevo Código Penal agrava las penas contra la inseguridad, el narcotráfico y el terrorismo, como así también contra los delitos de corrupción, que exime de responsabilidad a los policías cuando actúan en cumplimiento del deber, castiga con penas de prisión los piquetes y a los manifestantes que arrojen proyectiles a la policía. Además, agrava los casos de violencia de género y acoso por las redes sociales.
El texto fue elaborado por una comisión de 12 integrantes, presidida por el camarista Mariano Borinsky, quien trabaja desde hace un año en la iniciativa.
El texto definitivo será enviado al presidente Mauricio Macri la primera semana de junio, quien lo firmaría y enviaría de inmediato al Congreso. El código original tuvo 900 parches desde su sanción y esta es una revisión y modernización integral. El nuevo Código tiene 550 artículos, 315 del viejo más los nuevos que incluyen la parte penal de las 900 leyes-parche.
Según La Nación, los principales cambios son para darle un rol protagónico a la víctima, agravamiento de las penas para los delitos, es más restrictivo con la libertad condicional, más duro con el narcotráfico, pero no es punible tener drogas si su uso no trasciende del ámbito privado.
Sin embargo, el nuevo texto debe pasar por las comisiones del Parlamento donde podrá ser modificado y discutirse en ambas cámaras para poder convertirse en ley.