Siempre se espera que los debutantes sean sub 20, con la cara fresca y el entusiasmo por las nubes. Pero, sacando el tema de la frescura y con algunas canas que lo delatan, Andre Ingram, de 32 años, tuvo su debut en la NBA y se lo notó con más ganas que cualquiera.
Ingram hizo su estreno ayer con Los Lakers con una destacada actuación, aportando 19 puntos. Tal fue el efecto contagio que generó en el estadio que los aficionados comenzaron a gritar "¡MVP!".
Lo cierto es que su camino fue largo, y comenzó en 2007 en la Liga de Desarrollo (ahora, G-League) tras su carrera universitaria. Se inició en Utah Flash y en 2011 fue a Los Angeles D-Fenders (esta temporada pasó a llamarse South Bay Lakers).
Además, jugó en Australia y, cuando volvió a Estados Unidos, le recomendaron jugar en Europa para ganar más dinero y tener un lugar. Pero Ingram se quedó a pelearla y continuó en La Liga de Desarrollo, donde jugó 384 partido y anotó 713 triples, con una efectividad de 46.1%.
Ya en el cierre de la temporada de South Bay Lakers, pensaba que sería su final allí. Pero, para su sorpresa, le ofrecieron un contrato de 10 días para jugar los últimos dos partidos de la temporada regular.
En su debut, jugó 29 minutos, anotó 19 puntos y se llevó la ovación del público. ¿Preocupado por la edad? Nunca es tarde para cumplir los sueños.