El fallecimiento a los 50 años de la periodista Débora Pérez Volpin, luego de someterse a un estudio médico de rutina, dejó una gran consternación y un halo de sospecha sobre el accionar de los profesionales.
Todo ocurrió este martes por la tarde, cuando Débora se realizó una endoscopía en el Sanatorio de La Trinidad, ubicado en el barrio porteño de Palermo. Sorpresivamente, un procedimiento que es habitual le terminó produciendo un paro cardíaco y la posterior muerte.
¿En qué consiste este estudio médico? Según explicó a Infobae el médico gastroenterólogo y endoscopista Pablo Cura (MP 115.256), el mismo es "mínimamente invasivo y se realiza en todos los casos con anestesia general", la cual "no es la misma que se usa en casos de cirugía". "El riesgo de vida en un procedimiento de diagnóstico tiene puramente que ver con el riesgo anestésico", explicó.
"Se trata de un procedimiento sencillo; el riesgo es siempre anestésico y el tipo de anestesia depende del médico que lo esté haciendo", añadió Cura, aunque destacó que "es clave que se haya hecho un buen diagnóstico al ingreso". Por último agregó: "Cuando el estudio es solo con fines diagnósticos no existe ningún riesgo de complicación. Y cuando digo ninguno, es cero".
Carlos Waldbaum, otro médico gastroenterólogo, siguió la misma línea que su colega. "La endoscopía es una práctica segura. El grado de complicaciones ronda el uno en mil y son leves, y una muerte es una en diez mil", sostuvo el profesional, quien deslizó una hipótesis de lo que pudo haber ocurrido en el caso de la periodista fallecida: "La complicación pudo provenir de la anestesia".