El Gobierno respondió a las amenazas de Luis Barrionuevo

Jorge Triaca y Rogelio Frigerio restaron importancia a los comentarios del líder gastronómico.

El Gobierno respondió a las amenazas de Luis Barrionuevo
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Luego de que el líder gastronómico Luis Barrionuevo deslizara una amenaza contra el Gobierno, al afirmar que "Alfonsín y De la Rúa atacaron a los sindicatos y no terminaron sus mandatos", el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, dijo que "no nos impacta en lo más mínimo", y el de Interior, Rogelio Frigerio, afirmó que "no le dimos importancia".

Barrionuevo, uno de los tres referentes que están por encima de la cúpula formal de la CGT, buscó despegar al sindicalismo de los casos de corrupción que llevaron preso, por ejemplo, al líder del SOEME, Marcelo Balcedo.

"Nadie orina agua bendita. No hay que generalizar para desviar la atención sobre algunos temas. A los sindicatos los atacaron los militares, (Raúl) Alfonsín, y (Fernando) De la Rúa y terminaron mal. El Gobierno no encuentra el rumbo, privilegia la timba financiera y no vienen las inversiones. Que se hagan cargo y que no nos ataquen a nosotros. Por ahora no hay reconciliación con el Ejecutivo", había afirmado Barrionuevo.

En diálogo con Radio Mitre, Triaca aseguró que le había parecido "desafortunada" la definición. Luego, buscó minimizarla e insistió en que el debate con los gremios debe centrarse en la generación de trabajo y la resolución del problema de los más de 4,5 millones de empleados en negro.

Por su parte, Frigerio, de visita en Mendoza, remarcó: "No le dimos importancia a esa declaración. Estamos trabajando con mucho esfuerzo para resolver un montón de problemas y el objetivo más importante, como lo ha dicho el Presidente, es disminuir la pobreza. Para bajar la pobreza hay que generar empleo de calidad y entendemos que ese debe ser el norte y obsesión".

La relación entre el Gobierno y los gremios se tensó desde fines del año pasado por la reforma laboral. En paralelo, la Justicia avanzó con causas por presunta corrupción contra líderes sindicales, y en el mundo gremial se interpretó como un apriete en medio de las negociaciones laborales.