Abocado a su rol como entrenador del seleccionado argentino Sub 17, Pablo Aimar dialogó en exclusiva con diario La Nación y dejó en claro que ya no es el hombre que le escapaba a los halagos y las muestras de cariño de sus fanáticos.
"No, no, ya no reniego, dámelo al elogio, lo agarro mejor que a la crítica. Hoy con 38 años prefiero una caricia y no una patada en el culo. Mejor dame un mate, una sonrisa...", confiesa "El Payaso" en el reportaje con el mencionado periódico sobre su rotundo cambio de personalidad desde que dejó el fútbol profesional.
Y al respecto, agrega: "El cariño ya no me avergüenza, no, no, ya no. Fui y me saqué una foto con la estatua (la que reposa en su Río Cuarto natal)".
En cuanto a la dirección técnica del Sub 15 albiceleste, Aimar intenta copiar los métodos de su gran mentor: José Pekerman. "Intentamos que sigan pensando el fútbol como un juego. Muchos ejercicios son juegos, y siempre les inculcamos que no van a entrenarse como si fuesen a trabajar. No, acá vienen a jugar. En este tiempo que llevamos han disfrutado de los entrenamientos, se han reído y no por eso no ha sido en serio. Lo han hecho en serio, pero divirtiéndose. Después., no sé cuándo ocurre, pero hay un momento en el que le perdés un poco el gustito al juego y nosotros intentamos que ese momento no llegue tan rápido", explica sobre el trabajo que encabeza junto a Diego Placente, excompañero suyo durante el primer ciclo en River.
Aimar respondió sin vueltas a todas las preguntas y no fue la excepción cuando fue consultado por el compromiso de los jóvenes a los que entrena. "Son chicos., son eso, chicos. Que miran al que habla, que se llevan bien entre ellos, que tienen mucha ilusión. Nosotros no hemos visto chicos desafiantes. ¿Rebeldes? ¡A los 15 años sos rebelde! Pero por encima de todo, ellos quieren venir. La selección sigue siendo el lugar al que quieren venir, todos quieren cantar el himno, y eso me sorprendió. Yo pensé que ese sentimiento ya no estaba. Y está", asegura el exenganche del Valencia español.