Coca-Cola dejará de manejar desde la Argentina sus operaciones en la región y avanza para mudarse a Río de Janeiro, en el marco de una reestructuración de sus negocios a nivel continental.
La operación no implicará ningún cambio para el consumidor, ya que todos los productos de Coca-Cola se seguirán fabricando y comercializando normalmente a nivel nacional.
Con respecto a los puestos de trabajo, la empresa puso en marcha un plan de retiros voluntarios -en principio vence este jueves y no se descarta una prórroga-.
"La compañía y sus embotelladores seguirán operando en el país", dijeron desde la compañía ante la consulta de La Nación. No obstante, reconocieron que están avanzando en un proceso de reorganización: "Coca-Cola está realizando una reorganización de su estructura a nivel mundial con el objetivo de acelerar su estrategia de crecimiento para convertirse en una compañía total de bebidas que opere en una red interconectada, combinando la capacidad de su escala global con las necesidades locales de los mercados".
Y puntualizaron: "En América Latina, la reorganización contempla la creación de tres nuevas zonas geográficas que, en reemplazo de la actual estructura, trabajarán en estrecha colaboración con los equipos de liderazgo globales. Argentina se integrará en la nueva estructura para el sur de la región, que incluye también a Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile y Bolivia".
Lo cierto es que para Coca-Cola Argentina representa un cambio importante, debido a que la marca había concentrado en Buenos Aires el manejo de las operaciones para el Cono Sur.