En cuestión de sexualidad, ha surgido una nueva tendencia: la heteroflexibilidad. La misma se refiere a personas heterosexuales que experimentan atracción sexual situacional hacia personas del mismo sexo, pero no llegan a considerarse bisexuales. También se conoce como bicuriosidad o curiosidad por tener otras experiencias eróticas, en este caso homosexuales. Esta elección tiene como principales protagonistas a los adolescentes y a los jóvenes.
"El adolescente transita una formación gradual de la identidad y aún no tiene una orientación sexual definida. Se está construyendo la imagen corporal y la aceptación del propio cuerpo. En la adolescencia se idealizan las situaciones y se experimenta y explora sexualmente, no hay demasiada racionalización. El adolescente es bicurioso, ensaya diferentes experiencias emocionales. No implica una toma de decisión ya que se está preparando, pero no tiene la madurez aún para hacerlo. La actividad sexual puede estar motivada por un impulso emocional que puede llevar a diferentes conductas", explicó a Clarín la psicóloga y sexóloga Analía Urretavizcaya.
Para Mariana Kersz, también psicóloga y sexóloga, las personas que se más animan a explorar estas nuevas conductas sexuales son las que integran la "generación sub-25" ya que iniciaron su actividad sexual de una manera muy diferente y pensando la sexualidad con puntos intermedios y por fuera de lo binario.
"Nosotros pensamos que es gay o es hetero, es mujer o es hombre. Los sub 25 están enseñándonos esta flexibilidad de entender el deseo como una cuestión que no tiene que ver con parámetros o estructuras. Es algo más laxo donde pueden encontrar puntos medios o grises que me parece que les permite tener una mejor calidad de vida sexual", opinó Kersz
"La genitalidad para los jóvenes de este nuevo siglo no es una prioridad, tampoco cumplir con las reglas impuestas. Quieren saber de qué se trata esto de ser libres en cuerpo y alma, una revolución que exige ser sentida con todo el cuerpo y los sentidos. La tendencia heteroflexible tiene alto impacto en los jóvenes de clases medias, una franja que va desde la adolescencia y llega hasta los veintipico. Chicos que se permiten un acercamiento menos prejuicioso al sexo y que tienen un consumo cultural que les permite opciones. No les da vergüenza contarlo porque, en su círculo, un touch and go con el mismo sexo no les quita puntos ni con sus amigos ni para futuras conquistas, tal vez hasta lo contrario", describió la psicóloga con posgrado en sexología clínica María Gabriela Simone.
Urretavizcaya sostiene que en la actualidad es más fácil de visibilizar y explica que muchos lo confunden con una moda porque influencers y figuras públicas, como Miley Cirus, le dan exposición. Sin embargo, aclaró que esta forma de mantener relaciones sexuales existió siempre aunque era más cuestionado y menos visible. "La búsqueda de placer y de experiencias sensoriales nuevas y diferentes puede dar lugar a animarse a emprender una aventura erótica fuera de los cánones impuestos ", explicó.
Sobre quienes son más audaces, parece que las chicas llevan la delantera. "En mi consultorio veo que las chicas son más flexibles y probablemente como consecuencia del machismo los hombres se animen menos. El mandato de hombre como macho sigue estando ahí y pareciera que el varón si tiene curiosidad sexual ya inmediatamente es catalogado. La sexualidad femenina es aceptada como más laxa y libre y las chicas están más animadas. El feminismo hizo mucho para lograr esto", sostiene Kersz.
Marina tiene 19 años, es de Misiones y hace dos años vino a estudiar a Buenos Aires. Se define como bicuriosa o heteroflexible desde que pisó la ciudad. Dice que en su provincia la gente es muy cerrada y que no tenía posibilidad de explorar ni de conocer otros cuerpos, otros géneros, pero sabía que quería experimentarlo."Para mí, el sexo va más allá del pene o de la vagina, si me gusta alguien y me siento atraída puedo darme la libertad de tener un encuentro con una persona que sea de mí mismo sexo, sin que eso me genere ningún tipo de malestar. Al contrario, lo vivo con plenitud y me permite explorar todo lo que quiero de la manera que quiero, no me limita un rótulo", dice.
Carolina tiene 23 y siempre tuvo parejas heterosexuales, pero encuentra en las mujeres un placer totalmente diferente. "Con una chica es distinto porque al ser mujer sabe que la estimulación es en el clítoris, en todo el cuerpo, en la piel. Incluso, en la forma del cuerpo de la mujer hay algo que no encuentro en el cuerpo de un hombre, que igual me encantan y nunca podría ser lesbiana, pero me permito explorar sin etiquetas. Con las chicas el sexo es mucho más sensorial", describe.