La ex candidata presidencial demócrata Hillary Clinton calificó de "asqueroso" a quien fue su rival, el presidente de Estados Unidos , Donald Trump, y aseguró que le "erizó la piel" cuando el republicano se puso detrás de ella en uno de los debates de la campaña electoral de 2016.
La ex primera dama y ex secretaria de Estado norteamericana hace estas afirmaciones en un libro de memorias cuyos extractos principales fueron leídos hoy por ella en un programa de TV.
"Fue increíblemente incómodo. Estaba literalmente respirando en mi cuello. Mi piel se erizó. Fue uno de esos momentos en los que deseas poder dar al botón de pausa y preguntar a todo el mundo que está mirando 'Bueno, ¿qué haría usted?'", señaló en el programa Morning Joe transmitido por el canal de cable MSNBC.
El libro de memorias "What Happened" (Lo que ocurrió), narra la campaña electoral del año pasado en que Clinton y Trump se enfrentaron por la presidencia del país.
"¿Te mantienes calmada, sigues sonriendo y continuas como si no estuviera invadiendo de manera repetida tu espacio? ¿O te giras, le miras a los ojos y le dices alto y claro:'Vete para atrás, asqueroso. Aléjate de mí. Ya sé que te encanta intimidar a las mujeres, pero no puedes intimidarme a mí, así que vete?'", agregó la ex primera dama y ex secretaria de Estado, en declaraciones citadas por la agencia española de noticias EFE.
Hillary Clinton se refirió así a uno de los momentos más comentados del segundo debate presidencial en San Luis, Estado de Missouri, en octubre de 2016, en el que Trump se acercó en varias a ocasiones a su rival mientras ella intervenía y se situó a sus espaldas.
Durante la campaña, salió a la luz un antiguo vídeo en el que el magnate neoyorquino se jactaba de cómo aprovechaba su riqueza y posición para acosar sexualmente a varias mujeres.
El nuevo libro de la ex candidata presidencial demócrata, que, ha indicado, es un intento por "retirar las cortinas" de su segundo fallido intento por alcanzar la presidencia, será publicado el próximo 12 de septiembre.
Trump se impuso finalmente en los comicios a Clinton, que partía como favorita, en una de las campañas electorales más polarizadas y virulentas de la historia reciente de Estados Unidos.