Se va para arriba. El dólar que se compra en el banco cerró julio por encima de los 99 pesos y el que se adquiere en las cuevas financieras del circuito informal, escaló diez pesos hasta los 136 pesos.
Esto ocurre mientras se agiganta el mar de incertidumbre económica por el impacto de la pandemia en la actividad y crece la emisión monetaria a niveles récord, sin precedentes.
Si bien el mercado viene tirando para arriba el precio de la moneda estadounidense, el Banco Central va convalidando la suba, dado que el Gobierno pretende un “tipo de cambio competitivo” para ir reactivando las exportaciones.
En el mercado mayorista, usado para el comercio exterior, el precio del dólar cerró en 72,32 pesos por unidad en la punta vendedora. En el mes, avanzó 2,64% y en el año acumula una suba de 20,75%.
En el rubro minorista, quedó en 76,39 pesos. Pero para acceder a ese dólar hay que pagar el impuesto país del 30%, por lo que el valor real promedio de la divisa en la ventanilla de un banco es de 99,30 pesos, un 3,1% más que a fines de junio.
Si se tiene en cuenta ese último valor, el precio del dólar ya escaló 57,5% desde que asumió el presidente Alberto Fernández el 10 de diciembre pasado. Y escaló nada menos que 120% en los últimos doce meses.
La brecha de precios del dólar con respecto al mayorista saltó al 68,98% si se toma en cuenta el llamado “dólar MEP” que se opera en la Bolsa de Comercio; al 71,60%, si se mira el “contado con liquidación” y al 88,05% en comparación con el “blue” o “informal”.
El billete, un “refugio”
Para Diana Mondino, economista de la Universidad UCEMA, no hay expectativas de que las presiones sobre el tipo de cambio vayan a aflojar drásticamente en el corto o mediano plazo.
Y lo explica: “El argentino sigue confiando en el dólar porque es la moneda de más fácil acceso que conserva el valor. El peso tiene dos castigos; la inflación y los impuestos cada vez que se lo utiliza en transacciones bancarias”.
Y los datos oficiales parecen darle la razón. El Banco Central publicó la Evolución del Mercado de Cambios y Balance Cambiario de junio, un mes en el que si bien la cuarentena se flexibilizó en gran parte del país, la economía siguió muy golpeada por la pandemia.
Las personas humanas, que básicamente compran moneda extranjera para atesoramiento, viajes y otros consumos en el exterior, compraron de forma neta 778 millones de dólares en junio, un 45% más que en mayo y un 214% más que en abril.
Aunque, si se mira un año atrás, hay un desplome. Los ahorristas habían comprado 1.493 millones de dólares en junio de 2019. Y si se remite dos años para atrás, la adquisición había alcanzado los 2.400 millones de junio de 2018.
Ante la parálisis de la actividad y la fuerte caída de ventas, las empresas aceleraron las ventas de divisas para poder hacerse de pesos que les permitan pagar salarios y mantenerse en pie. Fue así como en junio resultaron vendedoras netas de moneda extranjera por 1.785 millones de dólares.
Volviendo a julio, en el mercado local el valor del peso cayó contra el dólar a pesar de que fue un mes muy malo para el billete estadounidense en el escenario global, por el fortalecimiento de China.
El dólar se apreció levemente el viernes, ante coberturas de posiciones cortas y tomas de ganancias, pero sufrió su mayor desplome mensual en una década por temor a que el aumento de casos de coronavirus en Estados Unidos ralentice el rebote de su economía.
La confianza en el dólar se vio aún más minada después de que el presidente Donald Trump se refirió en la víspera a la posibilidad de aplazar la elección presidencial de noviembre.
Para intentar contener las presiones, el Banco Central determinó que subirá desde hoy la tasa de interés para los depósitos minoristas a plazo fijo y pasó de un mínimo de 30 a 33,06% anual con el finde incentivar el ahorro en moneda nacional. En el mercado financiero no creen que esto vaya a desalentar el interés por el dólar.
Por la corresponsalía de Buenos Aires.