Suben las tasas de plazos fijos en pesos, pero siguen debajo de las proyecciones de inflación

Se trata de una suba de tres puntos. El Gobierno y la autoridad monetaria buscan desincentivar la demanda de dólares.

Suben las tasas de plazos fijos en pesos, pero siguen debajo de las proyecciones de inflación
(REUTERS/Marcos Brindicci)

El Banco Central decidió este jueves subirles nuevamente las tasas a los plazos fijos nominados en pesos al 33,06% anual para incentivar el ahorro en moneda nacional, en momentos en que la demanda de dólares se muestra dinámica.

En un comunicado de prensa, la autoridad monetaria señaló que elevó el rendimiento de los plazos fijos minoristas, hasta $1 millón, al equivalente a 87% de la tasa de referencia de política monetaria, a partir del 1 de agosto de 2020.

"El objetivo de incentivar el ahorro minorista", dijo la entidad rectora. De tal manera, el rendimiento de los plazos fijos minoristas en pesos será de 33,06% Tasa Nominal Anual, lo que equivale a una tasa mensual de 2,75% y Tasa Efectiva Anual de 38,47%.

La medida se conoció 24 horas de la reunión del Gabinete Económico, que encabezó el jefe de Gabinete de la Nación, Santiago Cafiero, en el Salón de Científicos de la Casa Rosada. Allí estuvieron Martín Guzmán, ministro de Economía, y Miguel Pesce, presidente del Central.

Operadores de la city financiera porteña consultados por este medio le restaban importancia a la medida, dado que la suba de 3 puntos porcentuales para un mes es casi la misma tasa que el Dólar MEP ($119,54) o el contado con liquidación ($121,41) subieron en una jornada.

En los hechos, según datos del Banco Central, el stock de pesos a plazo fijo que tienen los ahorristas en los bancos aumentó 64,5% en lo que va del año y 53,8% en los últimos doce meses, a 2.452.471 millones de pesos.

Emisión e incertidumbre

(TOPSHOTS/AFP PHOTO / LEO LA VALLE)
(TOPSHOTS/AFP PHOTO / LEO LA VALLE)

Si bien la inflación ha mostrado un enfriamiento en los últimos meses debido al derrumbe de la demanda por la crisis que generó el Covid-19, hay incertidumbre acerca de lo que vendrá en este semestre y en 2021 por la elevada emisión monetaria.

Si se consideran la base monetaria más las Letras de Liquidez (Leliq) y los pases pasivos del Banco Central, el stock de pesos alcanza los 4,7 billones de pesos. En lo que va del año, el Gobierno ya imprimió 1.468.327 millones de pesos.

La inyección de liquidez es tan grande que el Gobierno de Alberto Fernández tuvo que activar un plan de contingencia: como la emisión superó la capacidad de la Casa de la Moneda para imprimir, se abrió una licitación internacional para importar 250 millones de billetes de $500.

La emisión es hoy, para la Argentina, la única fuente de financiamiento extraordinario dado que el mercado internacional de deuda está cerrado.

La gestión de Fernández viene trabajando con el Presupuesto prorrogado de 2019. Esto es porque el Presidente no convalidó el proyecto que había hecho su antecesor, Mauricio Macri. Y cuando se disponía a presentar el propio, cayó la pandemia y el Gobierno no avanzó.

El Presupuesto con el que se está trabajando proyecta un déficit primario de 997.455 millones de pesos. El rojo financiero (tras el pago de intereses de la deuda) es de 1.784.716 millones de pesos.

Pero, la ampliación presupuestaria que envió la Casa Rosada al Congreso prevé un déficit fiscal adicional del 1.216.738 millones de pesos. Por ello, el agujero total superaría los 3.001.454 millones de pesos, es decir, entre un 8 y 10% del PBI.

Inflación

Ese déficit generará una mayor necesidad de emisión monetaria, lo que seguirá bajándole el poder de compra al peso. Para Eduardo Fracchia, de la escuela de negocios de la Universidad Austral, la "principal preocupación de la sociedad hoy es la inflación" futura.

“Actualmente se encuentra amesetada la inflación por los congelamientos de tarifas y precios, y la recesión”, dijo. La suba de precios acumulada en lo que va de 2020 es del 13,6% a nivel nacional, menor al 22,4% acumulado en el mismo período del año pasado.

Orlando Ferreres, economista y consultor, coincide en el diagnóstico. "La inflación no sube porque hay mucha recesión", dijo. Y señaló que "como la actividad es negativa, ayuda a mantener el nivel de precios en 2 ó 2,2 por ciento mensual".

Pero expresó un pronóstico complejo. "Cuando se reactive la actividad se va a generar más inflación, posiblemente", dijo. Y proyectó que la suba generalizada de precios cerraría el año en torno al 45%, por debajo del 53,8% del 2019.

Según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), del que participaron 27 consultoras y doce bancos a fines de junio, la inflación minorista para diciembre de 2020 se ubicará en 40,7% interanual, por encima de la tasa de plazos fijos.

Pero incluso, los diez mejores pronosticadores de corto plazo para esa variable esperan una inflación promedio de 37,2% interanual. Y para los próximos doce meses (junio-junio), la proyección es peor: 53%.

Por la corresponsalía de Buenos Aires.